El paseo del Conde de Ègara (popularmente conocido como el Paseo) es una vía urbana del centro de Terrassa que une la calle de la Font Vella (al oeste) con la plaza del Doctor Robert (al este). Es noticia de actualidad porque comienzan las obras de transformación, cambio y peatonalización. Su aspecto se modificará de manera radical. El paseo del Conde de Ègara -en algunos momentos, el de los Samalers, por los árboles que había- también genera polémica por su denominación. ¿Hasta qué punto se merece un espacio Alfons Freixa i Argemí, industrial y político, cacique por excelencia? Pero también la persona a quien se debe atribuir el nacimiento de la Escuela Industrial. Un debate actual. Y es que Alfons Sala dio nombre al salismo, el núcleo duro de personas que rigieron todas las instituciones de poder de la ciudad durante la dictadura de Primo, el franquismo e incluso más allá, y hay quien dice que todavía sigue bastante vivo.
Los años 40 del siglo XX
La foto que presentamos es también de una remodelación de la plaza, aunque esta fue integral. Es en los años 40 del siglo XX, donde la zona experimentó todo un proceso de reforma urbanística ideado por Ignasi Escudé, con la intervención de Jaume Argemí en el ajardinamiento. A pesar de la modificación del entorno y la construcción en los números 6 y 28 de dos bloques de pisos muy elevados, el conjunto de edificios del lado sur mantiene el sabor decimonónico original. Era la primera vez que se transformaba desde que fue urbanizado justo un siglo antes. En 1843, fruto del crecimiento demográfico.
Artículos sobre el Paseo
Para saber más, se puede mirar Secrets del passeig del Comte d’Ègara de Terrassa. Hasta el año 1870 el Ayuntamiento no arregló el “Paseo” con ocho hileras de plátanos jóvenes, de ahí el nombre popular del “Paseo de los Samalers”. Y ver los artículos Se aprueba la transformación radical del paseo Comte d’Ègara de Terrassa; El paseo Comte d’Ègara, ¿un nombre democrático?; El paseo es para pasear; El PSC quiere que Terrassa diga si le gusta el nuevo paseo Comte d’Ègara, y Las inolvidables fuentes de chupito de Terrassa.