Finalmente, se ha llegado a un acuerdo total para la unión entre Terrassa y Sabadell a través de la B-40. Después de meses de tira y afloja entre el Gobierno de la Generalitat y el gobierno español, este domingo por la noche se ha podido saber que ambas administraciones han rubricado el pacto para construir la carretera que tiene que conectar las dos cocapitales vallesanas a través de Castellar del Vallès. Lo ha avanzado
El pasado mes de marzo finalizaba el plazo que se había pactado para iniciar el proceso de redacción del tramo del Quart Cinturó entre Terrassa y Sabadell, fruto de un acuerdo entre el PSC y ERC a cambio de aprobar los presupuestos catalanes por el 2023. El plazo expiró pero la Ronda del Vallès o Ronda Norte seguía sin concretarse. Motivos de financiación y también de trazado de la vía hacían que los republicanos fueran reticentes a cumplir la promesa. Aun así, la visita de la Ministra de Transportes a finales del mes de mayo en nuestra ciudad abrió un túnel de luz sobre la infraestructura, puesto que aseguró taxativamente que las negociaciones entre gobiernos avanzaban y que era cuestión de días llegar a un nuevo acuerdo.
Acuerdo en la financiación y en el trazado
Parece que ahora sí que sí que la B-40 verá como deja de finalizar en una gran rotonda en Can Roca de Terrassa para convertirse en un vía rápida -que no de alta capacidad, como en un principio estaba pactado- entre Terrassa y Sabadell. El pacto pone en negro sobre blanco que la carretera será sufragada íntegramente con presupuesto estatal, y no con la disposición adicional tercera del Estatuto, como quería el Ministerio de Transportes. Además, el Estado dejará en manos de la Generalitat delimitar cuántos carriles por sentido y cuál será el trazado definitivo.
Pero el acuerdo por la continuidad de la B-40 no viene solo. Uno de los elementos claves para desencallarlo ha sido el compromiso del gobierno de Pedro Sánchez en invertir 914 millones de euros para ejecutar varias mejoras en infraestructuras viarias y ferroviarias. La previsión es que tanto el acuerdo de la B-40 como la transferencia se firmen el mismo día.
Así, además de la Ronda Norte, se ha previsto la ejecución de obras a las carreteras C-32 en el Maresme, a los accesos de la AP-7 y la AP-2 y a la N-260, que recorre los Pirineos desde el Aragón hasta el Ampurdán, así como nuevos intercambiadores entre los servicios de Cercanías de Cataluña y Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña (FGV) en Sant Cugat del Vallès. El traspaso acordado suma 914 millones, de los cuales 384 serán para la C-32, 250 para la AP-7 y la AP-2, 260 para la N-260 y 20 para la intercambiador Cercanías-FGC.