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La Residencia de Sant Pere Nord, un año más de demora

La residencia de Sant Pere Nord tendrá que esperar un año más. En lugar de la apertura inicial prevista para el 2025, será finalmente en 2026. La buena noticia pero es que esta primavera de 2023 saldrá la licitación de la redacción del futuru equipamiento. Así que parece que ahora sí que su construcción esta más cerca. Este ha sido el anuncio del conseller del Departament de Drets Socials, Carles Campuzano, en su visita en Terrassa, donde ha firmado el libro de honor del Ayuntamiento y ha participado en la inauguración de los Llars de Torre-sana de la Fundació Prodis.

Campuzano ha reafirmado el compromiso que la anterior consellera de Drets Socials, Violant Cervera, ya hizo hace un año con la ciudad: la creación de una nueva residencia para personas mayores en el barrio norte de la ciudad. Entonces se afirmó que la construcción, en un solar de titularidad municipal, estaba prevista que se iniciara este 2023, con un plazo de dos años hasta ser una realidad.

Todo el proceso burocrático se ha atrasado y ha hecho que todavía ahora no se haya redactado el proyecto arquitectónico. Y esto que el dinero ya está presupuestado, 9,8 millones de euros, un impulso que ha sido dado gracias a los fondos Next Generation. El nuevo conseller ha recalcado que ahora sí, que en los próximos meses se licitará la redacción del proyecto y la maquinaria empezará a rodar

90 plazas públicas y un 70% de dormitorios individuales

La residencia tendrá 90 plazas públicas mientras que el centro de día ofrecerá 20 plazas públicas. No es la solución definitiva, puesto que la lista de espera es a estas alturas de más de 500 personas, pero sí que sería un primer paso. El espacio se dividirá en unidades de convivencia de entre 16 y 20 personas, que dispondrán de espacios independientes (un mínimo del 70% de los dormitorios serán individuales) para preservar el derecho de la persona a la privacidad e intimidad, así como para favorecer la reducción de patógenos.

Cada módulo dispondrá también de espacios comunes (cocina-office, comedor, cuarto de estar y salida a espacios exteriores) que promuevan la interacción social, faciliten los encuentros y la comunicación entre personas y fomenten la vida autónoma con tareas cotidianas (cocinar, poner la lavadora, planchar…) que permitan a las personas residentes mantener ciertas rutinas.

También tendrán espacios de atención especializada como salas de estimulación de los sentidos, espacios de fisioterapia y otras salas polivalentes que se puedan segmentar para dar diferentes usos según las necesidades, y espacios exteriores como elementos socializadores y terapéuticos, con rincones por diferentes usos que favorezcan la vida activa y saludable y fomenten la independencia.

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