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Expropiar los terrenos del Vapor Ros costará 4 millones de euros

Expropiar los terrenos de la finca del Vapor Ros costará a las arcas municipales cerca de 4 millones de euros. Esta ha sido la valoración definitiva que contempla el proyecto de tasación conjunta que ha llevado a cabo el Ayuntamiento de Terrassa y que se aprobará de manera definitiva en el próximo pleno municipal del mes de abril. La idea es que el gobierno municipal pase a ser el titular una vez la Generalitat -actual propietaria- haya finalizado las obras requeridas, las cuales todo apunta que se podrían iniciar este mismo verano. Finalmente, el gobierno ha aceptado la alegación desde el Gobierno catalán de incrementar en un 5% el valor de la expropiación forzosa.

La aprobación se realiza después de que se haya analizado la relación de bienes y derechos afectados por el desarrollo de la modificación puntual del POUM de este ámbito. Estas bases se modificaron el año pasado, y se cambiaba la calificación de tres de las fincas del Vapor Ros, pasando a ser categorizadas para acoger equipaciones. Estamos hablando de las edificaciones del complejo fabril (7.292 m²) y los edificios de la calle del Portal Nou, número 11 (726 m²), y número 15 (2.182 m²). En total, 10.200 m² de techo. Aparte queda la Casa Mariano Ros, que a pesar de formar parte del complejo fabril, es propiedad de la Fundació Sant Llàtzer. Recordamos que tanto el Vapor Ros como la Casa Mariano Ros son fincas catalogadas dentro del Plan Especial de Patrimonio Histórico-Artístico-Ambiental de Terrassa.

Obras pendientes antes de la expropiación oficial

Con esta aprobación finalizarían los trámites para hacer efectiva la expropiación, pasando a ser terrenos de titularidad municipal a partir de 2024. Y es que recordamos que la Generalitat adquirió el solar ubicado en pleno Centro de Terrassa después de recibirlo como herencia de un particular el 2016. No fue hasta cuatro años después que decidió aceptarla, y de este modo, poder blindar la nave principal y las edificaciones auxiliares de cualquier interés especulativo privado.

El Ayuntamiento fue el primer interesado en que la Generalitat aceptara, así podía rápidamente buscar una solución para cambiar el terreno de manos con el objetivo de disponer de este gran espacio para crear una gran equipación cultural y cívico para la ciudad. En estos últimos años, el ámbito del Vapor Ros no ha sufrido ninguna transformación urbanística. Esto pero tiene la cara amarga, y es que se ha producido la consequente degeneración de las edificaciones existentes, con más de un 80% de su techo hoy sin actividad.

Como consecuencia, el Ayuntamiento pidió que antes de hacer efectiva la expropiación, la Generalitat se ocupara de hacer las actuaciones de mantenimiento y conservación. Fue así como se pactó la realización de obras de mejora para sanear el antiguo complejo industrial, retirando las antiguas cubiertas de fibrocemento y sustituyéndolas por planchas metalizadas que garantizan el aislamiento y la seguridad estructural.

Aun así, los trabajos de rehabilitación no están cumplidos. Cómo anuncia el gobierno municipal, este verano está programado que se realicen los trabajos de reparación de los cierres exteriores de los edificios.

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