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Viladecavalls se queja de los problemas derivados por las obras en la B40

Viladecavalls se ha quejado oficialmente por los problemas de movilidad derivados por las obras de la B40. La alcaldesa Cesca Berenguer se reunió la semana pasada con el jefe de carreteras de la demarcación de Catalunyaa del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Vicente Vilanova, y con el jefe del Servei Territorial de Carreteres de Barcelona de la Generalitat de Catalunya, Daniel José Gallego, para exponer las dificultades que tienen los vecinos del municipio para salir y entrar de él. Al encuentro también estaban miembros del equipo técnico de ambas administraciones.

Realizada a instancia del equipo de gobierno, la cita tenía como principal objetivo trasladar nuevamente, pero en esta ocasión sobre el terreno, el malestar de los vecinos y vecinas derivado del desarrollo de las obras del IV Cinturó. En especial, esta disconformidad se ha visto incrementada por el cierre de la salida 26 de la autopista C-16. Del mismo modo, insistieron en los problemas derivados del atraso de los trabajos y la afectación de estos en el día a día de la población.

Viladecavalls, un pueblo en medio de un laberinto de carreteras

Carles Rodríguez, regidor de FEM Viladecavalls, vicepresidente 3º del Consejo Comarcal del Vallès Occidental y técnico de Promoción Económica, ha manifestado su descontento por la gestión que desde el gobierno local se ha hecho con las obras del Quart Cinturó. Lamenta la poca presión que la alcaldesa ha realizado para evitar los inconvenientes reiterados por los trabajos de la infraestructura y recrimina que Viladecavalls se ha quedado como «un pueblo en medio de un laberinto de carreteras».

Así lo ha manifestado a través de las redes sociales:

«Los vecinos y vecinas de #Viladecavalls llevamos más de 15 años soportando las consecuencias de las obras del Quart Cinturón sin ninguna contraprestación ni mejora evidente hacia nuestro pueblo. Desde hace unas semanas, además, se ha suprimido la salida 26 y desviado el tráfico por otras vías provisionales que dificultan mucho la movilidad diaria de todo el mundo. La sensación es que el pueblo ha quedado en medio de un laberinto de carreteras de difícil sol•lució. Y que lejos de conectarnos y cohesionarnos, nos hacen la vida más complicada. Además del desastre ecológico de todo.

La Alcaldesa comunicaba recientemente su queja y reunión con el Ministerio. En mi opinión, lo que tendría que hacer un alcalde o alcaldesa es haber impedido que el cierre de la salida 26 se produjera. Lamentarse ahora es poco útil. Esto, y acordar con el Ministerio mejoras en seguridad, conectividad, restauración paisajística, reducción del ruido, pasos de fauna y una gran zona verde al espacio junto a las plataformas de Can Trias. A fecha de hoy la movilidad en Viladecavalls es más complicada que nunca y no tenemos ninguna mejora de las que el pueblo necesita y merece».

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