MónTerrassa
Tala de árboles centenarios en Viladecavalls y la historia del pájaro Oriol

Un vecino de Viladecavalls ha hecho llegar a Món Terrassa un escrito como protesta por la tala de árboles urbanos que se está haciendo desde hace tiempo en el municipio. «Algún árbol ya talado era centenario», ha lamentado. Por ejemplo, la fotografía presentada más arriba es de un pino centenario cortado recientemente a plaza Can Turu.

Joaquim explica que «estos pinos gigantes y centenarios comportan riesgos en días de fuerte viento, yo no lo discutiré. Otros municipios también tienen este mismo problema y han hecho actuaciones de refuerzo para asegurarlos. En Viladecavalls directamente se han cortado (decisión tomada en menos de una semana). El pino llevaba más de ciento años allá. También se quería cortar una encina del mismo entorno, a pesar de que finalmente la pudimos salvar. A mi parecer y el de otro gente se han tomado decisiones rápidas sin otras alternativas ni consultas».

Joaquim Coll ha escrito un relato sobre el pájaro Oriol y cómo sufre esta situación que considera «injusta».

Historia cierta del pájaro Oriol en Viladecavalls

Seguramente habéis sentido a hablar poco de mí, de hecho soy muy discreto, aunque mis colores no lo son mucho, bien los míos, los de los machos. Mi compañera tiene un plumaje mucho más discreto, por todo aquello que le corresponde como reproductora (esconderse ella y los pollitos). Hablaré de mí, sin ofender a nadie. Habéis visto los taxis de Barcelona, pues así soy yo.

Amarillo con rayas negras. Ellos se lo copiaron y no yo, que llevo siglos y siglos de existencia. Ostras qué rollo, ¿porque os explico todo esto? Pues bien, resulta que los de mi especie tenemos la costumbre de pasar los inviernos en el sur del continente africano e ir a veros durante la primavera y el verano y aprovechamos para reproducirnos y volver a marchar con las nuestro criaturas.

Este largo y peligroso viaje de miles de kilómetros nos cuesta muchos esfuerzos, muchos de nosotros no nos salimos, pero nuestro instinto nos empuja. Necesitamos mucho alimento para prepararnos por el viaje de vuelta, especialmente azúcares. Resulta que uno de los alimentos que nos ayuda mucho, son los frutos maduros del árbol de la morera y que no nos hacen falta GPS para reencontrarlos cada año.

Nuestros padres nos enseñaron donde eran estas grandes moreras que habían en Viladecavalls, digo habían y que íbamos para atiborrarnos y hacer algunos cantos. Nuestro canto, si nunca lo habéis escuchado, os lo recomiendo: una melodía aflautada, que si ponéis atención a sentirlo, lo recordaréis por siempre jamás.

Pues ahora resulta que los humanos han decidido cortar las moreras, hacen obras, dicen, y nos tocará buscarnos la vida. (No podremos volver ni a comer, ni a cantar). Hacía falta que las cortaran, era necesario hacerlo? NO hay derecho, nunca pensáis en nosotros. Cuántos años se tardará a tener árboles con frutos tanto espléndidos? Ni vosotros ni nosotros lo veremos. A los vuestro alrededor viven preciosidades como nosotros. Si nos maltratáis y nos dejáis sin comer, acabaremos desapareciendo como las moreras.

Pensáoslo.

Solar donde había las moreras | Joaquim Coll

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