El Departamento de Interior valora si los antiguos juzgados de Terrassa podrían albergar una comisaría mixta. Este viernes, día 10 de enero, la cúpula de los Mossos d’Esquadra ha visitado el edificio situado en la Rambla d’Ègara para validar si cumple con los requisitos necesarios para instalar el equipamiento de los cuerpos de seguridad.
De esta manera, el director General de la Policía – Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, y el comisario jefe del cuerpo, Miquel Esquius, han echado un vistazo a las instalaciones, en estado de abandono desde hace años, acompañados por el alcalde Jordi Ballart. En la comitiva municipal también se encontraba el teniente de alcalde de Territorio, Xavier Cardona; la teniente de alcalde y concejala de Seguridad, Vía Pública y Protección Civil, Patricia Reche; y el intendente de la Policía Municipal de Terrassa, Daniel Guillem.
El encuentro está enmarcado en el compromiso que adoptó la Consejería de Interior con el Ayuntamiento de Terrassa para ubicar una comisaría mixta de Mossos d’Esquadra y Policía Municipal en este espacio. La delegación del cuerpo de la policía catalana ha inspeccionado de cerca las opciones que ofrece el edificio y ha valorado sus características. El proyecto, sin embargo, sigue siendo, por ahora, solo eso, un proyecto. Sin un presupuesto asignado ni tampoco un calendario de ejecución.

Una promesa del antiguo gobierno republicano
En abril del año pasado, el entonces consejero Joan Ignasi Elena estuvo en Terrassa para ver también, in situ, los antiguos juzgados. Entonces aseguró que «esto iba en serio», pero ya advirtieron que había que tener en cuenta que había unas elecciones catalanas de por medio, y que todo podría cambiar.
Con la llegada del PSC a la presidencia de la Generalitat de Catalunya, había que ver cómo quedaba esta promesa de los republicanos. Ahora, más de medio año después, se ha empezado a ver movimiento otra vez con esta visita del jefe de la policía. El inmueble se encuentra en desuso desde el año 2009, y cuenta con una superficie de 4.200 m2 repartidos en cinco plantas, de los cuales 500 m2 están en la planta baja donde se situaría la oficina de proximidad.
La idea inicial es que el edificio acogiera una comisaría «de proximidad» integrada por los dos cuerpos policiales presentes en la ciudad, y que, en ningún caso, supondría sustituir la ABP de Mossos d’Esquadra de Terrassa en la carretera de Matadepera ni la jefatura de Policía Municipal en la avenida de las Glòries Catalanes. Con la voluntad de que sea un «edificio policial», no se descartaba que además de la comisaría como tal, en el interior también se acogieran otros usos vinculados al ámbito policial.
Ballart ya manifestó en su momento que se planteaba derribar el edificio en caso de que no se acordara crear una comisaría conjunta, pero que preferiría mantener en pie la instalación, y veía con buenos ojos este posible nuevo uso. “Está bien comunicado y contribuirá a incrementar la percepción de seguridad en la ciudad”, apuntaba.
