MónTerrassa
Continúa el suplicio de los vecinos afectados por el incendio de un transformador

El suplicio de los vecinos de la plaza de la Cooperativa afectados por un incendio continúa. El martes, día 1 de julio, los servicios de emergencia atendieron la llamada de un trabajador alertando que salían llamas de un transformador de una finca ubicada en esta zona del barrio de Torrent d’en Pere Parres. Han pasado cuatro días, pero la situación sigue siendo preocupante para las familias residentes en este bloque de pisos.

«Todavía no tenemos agua, ni luz ni gas», lamenta Rosana, en MónTerrassa. Esto hace que no hayan podido volver a casa y que la fecha en que puedan hacerlo sea incierta. «Los pisos que no quedaron afectados por el humo y las llamas podrán volver, seguramente, en poco tiempo. Los que sí sufrimos daños en el interior, que somos cinco familias, nos esperan varias semanas de reformas antes de poder volver a casa», subraya. Marga es otra de las familias del bloque afectado y confirma a este medio todo el calvario que están pasando, y matiza que «los más afectados pueden estar hasta cuatro meses fuera de casa».

Los conductos de aire, el peor enemigo

Y es que en los casos de incendios en viviendas, una vez se marchan los servicios de emergencia no acaba el sufrimiento. Sino que comienza la lucha con los peritos de las aseguradoras privadas y comunitarias para que hagan una tasación justa de los daños causados, y también hay una batalla con las diferentes compañías de suministro para que se pongan las pilas y reparen las averías para activar de nuevo luz, agua y gas. «Llevamos días detrás de Endesa para que nos dé la luz», comenta Marga. A todo esto, se añade una inquietud extra, «vivimos con la incertidumbre de no saber si las instalaciones han quedado bien. De hecho, llevamos en este bloque desde agosto de 2022 y ya hemos tenido varios problemas de estructura…», replica Rosana.

El incendio tuvo lugar el martes hacia las once de la mañana. Fue un trabajador de una empresa próxima quien alertó a los vecinos de que había fuego y llamó a los servicios de emergencia. Los vecinos de los primeros pisos fueron desalojados, los de arriba se decidió confinarlos. Parecía que sería poca cosa porque se pudo controlar rápido, pero cuando ya se estaba recogiendo, un humo de color negro comenzó a salir por el quinto piso, arriba de todo. Esto activó de nuevo todas las alarmas. Todo apuntaba a que una chispa se había colado por los conductos de ventilación.

Esto provocó que se tuviera que evacuar rápidamente a los inquilinos del quinto piso, dos de los cuales tuvieron que ser atendidos por los servicios médicos. Y que a través de los conductos de aire, varios pisos vieran cómo se llenaban de agua y humo. «Fue devastador», dice Rosana. Esto hizo imposible que pudieran volver a casa y que comenzaran las visitas de las compañías. Y todavía hoy se encuentran igual.

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