Cada año hay cinco mil robos de cobre en Cataluña, dieciséis diarios de media, según datos facilitados por la policía. Más allá del valor sustraído, muchos robos tienen graves afectaciones a la vida cotidiana. Así sucedió el día de las elecciones al Parlamento de Cataluña, cuando cuatro personas -tres hombres y una mujer, vecinos de Terrassa- sembraron el caos en la red ferroviaria del país. La línea de Barcelona – Montcada y Reixac sufrió un ataque que dejó sin servicio a la mayoría de las líneas de Rodalies de Renfe y provocó varios avisos de incendios en diferentes puntos de las vías, lo que generó un fuerte impacto en la movilidad, que quedó detenida.
Fue uno de los equipos de seguridad de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya quien, realizando patrullaje nocturno, atrapó a los mismos ladrones intentando actuar en una de sus líneas. Cada noche, varias parejas de vigilantes recorren las líneas Barcelona-Vallès y Llobregat-Anoia para evitar que se produzcan robos de cobre. Esta semana, el programa 30 minuts de 3Cat nos ha presentado el documental «Coure, robatoris i estralls«, en el que acompañan a una de las dotaciones en su tarea diaria.
Cada noche, equipos de seguridad de los @FGC patrullan las líneas Barcelona-Vallès y Llobregat-Anoia para evitar #RobatorisCoure3Cat Los lugares solitarios y accesibles con vehículo son los puntos clave
— 30 minuts (@30minuts) February 16, 2025
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Un botín de 6.000 euros de una sola vez
En el reportaje, dirigido por Ignasi Gallart, Joan Carles Calvera y Marc Escolies, además de explicar cómo se lleva a cabo la vigilancia en estos lugares solitarios y accesibles con vehículo, y que son especialmente vulnerables a los robos de cobre, también se explica cuál es el plan operativo establecido por los Mossos d’Esquadra en la lucha contra este tipo de delitos.
Una parte del operativo controla lo que compran los chatarreros, que están obligados a hacer informes semanales del cobre que les llega. Y entendemos por qué este material es tan buscado: «Hablamos de que 100 metros de cobre robado pesan unos 800 kilos. A un precio de unos 8 euros el kilo, estaríamos hablando de unos 6.000 euros, aproximadamente. Con una sola acción», explica Òscar Macarella, intendente de los Mossos d’Esquadra.
Finalmente, también nos acerca a las repercusiones que estos robos tienen en la ciudadanía. Vecinos que se quedan sin luz u oficinas y empresas que se encuentran siendo víctimas reiteradas de los ladrones de cobre.

