La terrassense Iset Segura ha sido condecorada con la Medalla de Oro Presidencial de Hungría después de convertirse en una heroína. «Le debemos nuestro reconocimiento y respeto, en primer lugar, por haber salvado dos vidas, pero también por haber mostrado a su generación, a nuestras naciones y a todos nosotros, lo que significa la verdadera humanidad», afirmó el presidente del país húngaro, Tamás Sulkoy, en el acto de entrega de la medalla en el Palacio Sándor de Budapest que tuvo lugar esta semana, según recoge la agencia EFE.
Los hechos se remontan al pasado mes de julio, y podría decirse que estaban en el lugar indicado en el momento preciso. La egarense, regatista y wingsurfista profesional, se encontraba entrenando en una playa de Grecia acompañada por otro deportista, Anastassis Garipis. De repente, les avisaron que había dos personas, un hombre y su hija de diez años, que la corriente se las había llevado hacia el interior del mar. Ninguno de los dos dudó ni un momento y se lanzaron al agua a buscarlas.
Encontrados en alta mar y salvados por la tabla de la egarense
La suerte es que iban sobre las tablas con vela que se utilizan para hacer wing foil y kite foil -sus especialidades- y por eso podían desplazarse mucho más rápido. Después de quince minutos de búsqueda angustiante lograron localizar al padre y la niña, casi 5 km de la playa. «No tenían absolutamente nada, ni un flotador», relató Segura quien cedió su tabla para que ambos pudieran subir y descansar del gran esfuerzo realizado. Mientras tanto, Anastassis Garipis fue a buscar ayuda. Finalmente, casi cuarenta minutos después, unos pescadores los localizaron y pudieron recoger a las dos víctimas para trasladarlas a tierra firme.
El rescate, que fue grabado gracias a las cámaras que los deportistas llevaban para entrenar, se convirtió en viral, hasta el punto de llegar a oídos del presidente húngaro. Por eso, Sulyok invitó a los dos héroes a una ceremonia en la que se les reconoció esta hazaña. «Me hace feliz porque he podido ayudar y contribuir a hacer un pequeño cambio en la vida de alguien», relató Segura al recibir la Medalla de Oro, en un acto con la presencia de sus amigos y familiares, y también del padre y la hija salvados.

