La Federación Catalana de los Tres Tombs ha negado cualquier sufrimiento o maltrato de ningún animal que participó en la cabalgata de Terrassa y ha criticado duramente el linchamiento público al cual ha sido sometido. La entidad ha aportado a
«El Ayuntamiento nos dio permiso para hacer la cabalgata del 26 de febrero. Fue el mismo regidor Noel Duque quién nos lo hizo llegar, y en donde se autorizaba el desfile con las prescripciones normales y naturales que obliga la realización de un acto en la calle. En la última hoja se expone las consideraciones desde Benestar Animal reclamando la documentación ya librada previamente y se nos recuerda las diferentes obligaciones. También había una recomendación de la concejalía que no se llevara a cabo el pasacalle», explica la Federación.
El acto se llevó a cabo el domingo con la participación de decenas de carruajes y caballos, y la asistencia de cerca de 6.000 vecinos. La entidad afirma que fue todo un éxito, y que se llevó a cabo «sin incidentes», solo destacando «los únicos ajetreos los protagonizó un grupo de 8 personas, algunos con la cara tapada, que en la salida de la cabalgata, hicieron fotografías y
videos, protestaron de forma pacífica levantando unos carteles y después siguieron la cabalgata tras el último carro». Tres Tombs subraya que «la Policía Municipal no anotó nada, ningún incidente».
Controles veterinarios y fotografías polémicas
Sobre las acusaciones de sufrimiento o maltrato manifiestan que los informes de los veterinarios «fueron favorables para todos
los caballos participantes, excepto a un caballo que se retiró de la participación y a tres caballos, que una vez iniciada la cabalgata se incorporaron y no se pudo hacerlas el control de salida, pero a la llegada se les hizo el control de documentación».
La Federación decidió «mantener silencio y respeto» en un primer momento ante las críticas por parte de algunos representantes políticos y colectivos, pero ante la publicación a redes de fotografías y un video «acusándonos de incumplimiento del protocolo de bienestar animal, maltrato y exquisiteces que preferimos no reproducir» han decidido dar un paso al frente y defenderse.
«Unas quince fotografías y un video, que no demuestran, ni mucho menos que haya habido el maltrato del que se nos acusa, que se tergiversan en la publicación en redes y en el envío a los medios de comunicación, sin conocimiento del mundo del caballo, nos acusan injustamente y malintencionadamente de maltrato animal», dicen y matizan que la fotografía de una yegua que sangraba por la boca «se produjo seguramente por un pellizco, que estuvo tratada, limpiada, curada y controlada hasta la finalización del acto por la veterinaria de la organización».
«Hemos hecho una consulta en el cuerpo de los Mossos d’Esquadra para saber cuántas denuncias de maltrato o sufrimiento en équidos tenían reconocidas los últimos años y sabéis cuál ha sido la respuesta: zero» y sentencian que «estos poseedores de la verdad “animalista” no los vimos en toda la mañana cerca de los caballos o preguntando por su salud o bienestar; estos barrufells de fin de semana, solo se preocupan de los animales cuando se aproximan las elecciones y buscan que se los hacemos la campaña, pues no, ni os contestaremos en público vuestras provocaciones ni os haremos el juego que deseáis».