Desde este viernes, día 24 de octubre, Terrassa cuenta con su propio reloj de sol analemático. Después de dos años de espera, la Agrupación Astronómica de Terrassa, y su presidente Jaume Calaf, especialmente, han podido ver cumplido su sueño. Está ubicado en la plaza de los Derechos Humanos, un espacio generoso ubicado en la avenida de Jacquard con Igualdad. «Muchas de las ciudades más importantes del mundo tienen un reloj de sol, más o menos complejo, en un espacio público. Fue así como surgió la idea de que Terrassa también necesitaba uno», comenta el ideólogo de esta nueva atracción para grandes y pequeños en MónTerrassa.
La idea fue trasladada al Ayuntamiento de Terrassa, y fue bien recibida. Hace unos meses, el Pleno aprobó por unanimidad que se llevara adelante. La espera ha sido larga para la entidad, pero finalmente el día ha llegado. «El lugar ha sido muy bien elegido porque se encuentra en una plaza muy amplia, libre de árboles, farolas o edificios próximos que causen sombras sobre el reloj. Además, se encuentra lejos del tráfico, ideal para que las escuelas y familias puedan ir a pasar el rato y no sufrir por los coches», subraya Calaf.
Esta no había sido la primera opción, se había pensado que el Parque de Vallparadís, en la zona del parque de las Percepciones, podría ser un buen espacio. Sin embargo, después de hacer varias pruebas, se vio que no era posible. Y entonces surgió la plaza de los Derechos Humanos. «Nos encanta. Y está muy bien comunicada con el transporte público, con una parada de autobús y de ferrocarriles cerca, y con el campus universitario próximo. Un lugar ideal para esparcirse y despertar la curiosidad científica», reflexiona.
El reloj consta de una placa metálica en la que está dibujada el analema, sobre la cual debe colocarse el observador, y los diferentes discos con las horas sobre la elipse. En total estamos hablando de un espacio ocupado de 6×4 metros. Está previsto que, más adelante, haya una placa con información sobre el funcionamiento básico y que anime a la participación. «La idea final es también poner un código QR que te lleve a la página web de la Agrupación y allí encuentres la explicación más científica, y más información sobre los relojes de sol», apunta el presidente.
El observador se transforma en el palo que marca la hora
«La gracia es que el diseño es sencillo y práctico», dice Calaf. Porque de relojes de sol hay de muchos tipos, y en Terrassa se ha optado por hacer uno especial, en el que es el propio observador quien se convierte en el palo que proyecta la sombra -conocido como gnomon-. Esto se debe a que el pie del reloj no es paralelo al eje de la Tierra (horizontal), sino que está en formato vertical. El hecho de que la persona deba situarse según el día del año en un punto u otro del analema, no solo aporta un aspecto más lúdico, también responde a la necesidad de corregir la diferencia de hora entre el día solar real y el día medio (una diferencia de 15 minutos, más o menos dependiendo del mes).
En este sentido, como consejo para aquellos que miren el reloj, la Agrupación Astronómica recuerda que Terrassa está a unos 2° al este de Greenwich, esto representa un pequeño desplazamiento -de pocos centímetros- hacia la derecha de todas las marcas de hora. Y también señala que el reloj indica la hora del Tiempo Universal (TU), por lo tanto, en Cataluña, actualmente, nos encontramos a una hora más (en horario de invierno), o dos más si es en verano.
El reloj de sol ya es un éxito, y son muchos los curiosos que ya lo han probado. Este proyecto se puede dar por terminado, pero Calaf ya avanza que tiene muchas otras ideas en mente. Desde un reloj de tiempo sidéreo, que es muy útil para determinar dónde están las estrellas en un momento concreto, a otro tipo de reloj en el que en lugar de indicar la hora, se indique el día del año. «Pero todo eso son ideas que tengo, de momento, lo más importante era poder hacer el reloj solar», sentencia.


