MónTerrassa
Josep Rull: «Los grandes hospitales deben estar adecuadamente financiados»

Como terrassense que es, el presidente del Parlamento de Cataluña, Josep Rull, se identifica con el Hospital Universitario MútuaTerrassa y el 150 aniversario que celebra este año. Lo ha hecho este martes visitando su carpa en el paseo Conde de Egara, donde se ha sumergido en la instalación El batec del temps que recorre con realidad inmersiva la historia industrial de la ciudad desde el año 1900, antecedentes de la Mútua, hasta la actualidad con su torre de dieciséis plantas. Al finalizar, Rull ha adoptado un tono reivindicativo manifestando que hospitales como los de Mútua y, en general, de la sanidad catalana, necesitan una mejor financiación que implica corregir el déficit fiscal.

«Instituciones como Mútua de Terrassa, como los grandes hospitales de nuestra ciudad, también el público Hospital de Terrassa, los centros de atención primaria, deben estar en buenas condiciones, deben estar adecuadamente financiados», declaró Rull en un encuentro con los medios refiriéndose a los efectos de disponer de este mejor equilibrio fiscal con el gobierno central. «Esto impacta en servicios que son fundamentales», desarrolló. «Estamos hablando de infraestructuras, estamos hablando de educación, estamos hablando de sanidad», puso como ejemplo. «A menudo cuando hablamos del gran reto de reducir este déficit fiscal, da la sensación de que son grandes números de los políticos», quiso contrastar citando servicios concretos.

Y, por ello, el presidente del Parlamento comparó las cifras de Cataluña con lo que aportan algunos países a la Unión Europea (UE). Rull situó el déficit fiscal catalán en 21.000 millones de euros -«datos antiguos», matizó-. Y evaluó en 23.000 millones lo que destina Alemania a la UE, y 13.000 millones en el caso de Francia. «Si comparamos los 23.000 millones alemanes con los 21.000 millones catalanes, es simplemente insostenible, un sobreesfuerzo innecesario y profundamente injusto», se quejó recordando que Cataluña es «la tercera en aportar y la decimocuarta en recibir» en las arcas del Estado.

«Nosotros tenemos un sistema de salud pública muy mal financiado», reiteró Rull, poniendo énfasis en estos recursos que genera el país, «que no retornan». Y, en este sentido, para él Terrassa es un ejemplo de ciudad «con una capacidad de adaptación permanentemente hacia el futuro, pero con bolsas de pobreza» y «un gran reto en mayúsculas, que es el demográfico del país».

De los vapores textiles a la tecnificación de la medicina

De hecho, este cuarto de hora de realidad inmersiva en la ciudad, desde sus telares que funcionaban con carbón a principios del siglo pasado y los orígenes de la Mútua como un seguro de accidentes de trabajo hasta la tecnificación actual que permite aplicar medicina de punta a las enfermedades, supone una parábola para los responsables de la institución y para el presidente del Parlamento, exjefe de la oposición en su tiempo por Convergència i Unió en el Ayuntamiento. «En términos históricos, porque los vapores son estos elementos que ha acariciado todo el mundo, en términos vitales de haber nacido allí o de tener hijos que han nacido allí», dibujó Rull. «Pero, sobre todo, en términos presentes de una institución concebida para estar al servicio de la gente y con una tecnología de primerísimo nivel», destacó.

Josep Rull en la instalación El batec del temps con el director general de MútuaTerrassa, Esteve Picola, y el vicepresidente, Martí Lloveras | MútuaTerrassa

Y dibujando este nosotros, en el que Rull se identifica con la historia de Mútua y la ciudad, el político terrassense incluye «como corazón, a sus profesionales, que son los médicos, las médicas, las enfermeras, todo el conjunto de personal que hace este gran proyecto colectivo que es Mútua de Terrassa».

Una vez finalizada la visita del presidente del Parlamento, se ha regresado a la normalidad en estas visitas a El batec del temps, con grupos de familias con sus hijos, y que se pueden realizar hasta el 2 de febrero, de diez de la mañana a siete de la tarde de forma gratuita, antes de que la instalación se traslade a Rubí y Sant Cugat. Se puede participar a partir de los cinco años y se recomienda reservar a través de la web dedicada.

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