MónTerrassa
Helena Monzón: «Mueren más mujeres que hombres de un ataque al corazón en la calle»

El Hospital Universitario MútuaTerrassa puso en funcionamiento en junio del año pasado la Comisión Clínica de Género y Salud (CCGiS). Presidida por la Dra. Helena Monzón, directora asistencial del ámbito médico de la FAMT, el objetivo es reducir las desigualdades de género en el ámbito de la salud para garantizar una medicina personalizada y eficiente para toda la ciudadanía. MónTerrassa ha hablado con la responsable de la comisión para que nos explique la importancia de la perspectiva de género, qué consecuencias y afectaciones tiene no hacerlo y qué líneas de trabajo se están siguiendo.

¿Por qué una comisión de género y salud?
La comisión Género y Salud surgió como una idea desde la Comisión de Humanización. Cuando miras las patologías desde la perspectiva de género, te das cuenta de que realmente hay muchas diferencias entre hombres y mujeres, y también muchas desigualdades.

¿Qué ventajas tiene incluir esta perspectiva?
Ser conscientes de las diferencias entre hombres y mujeres en todas las enfermedades y en todo el ámbito sanitario. Partiendo de este enfoque, te permite hacer una medicina más individualizada, y en todas sus dimensiones. La biológica, la psicológica, en toda su parte social, en toda la parte cultural. Tenemos que poner fin a todas estas desigualdades dentro de la salud.

¿Cómo surgió esta comisión?
Estábamos muy perdidos. Y entonces vino Helena Carreras, que forma parte de la comisión de perspectiva de género de Vall d’Hebron. Vino a dar una charla, y a raíz de eso, a Gràcia Coll y Oriol Porta, que son veteranos de ginecología, que ya habían trabajado mucho en la violencia obstétrica, se les ocurrió la posibilidad de crear aquí también una comisión igual. Así que MútuaTerrassa nos hemos incluido dentro del grupo que hay montado en Cataluña. Un grupo muy reducido, de solo 5 hospitales de los 64 que hay en Cataluña, que son el Clínic, Can Ruti, Sant Pau, Vall d’Hebron y nosotros.

«Debemos ser conscientes de las diferencias entre hombres y mujeres en todas las enfermedades y en todo el ámbito sanitario«

¿Y por dónde habéis empezado?
Hemos entrado en los proyectos y estudios que ya estaban trabajando. Pero lo primero que hemos intentado es que desde el departamento de Informática se nos den los datos desagregados por sexo, los datos de toda la entidad. Y tengo que decir que es un trabajazo, pero realmente es cuando te das cuenta de que hay diferencias entre los pacientes según su género.

¿Cómo por ejemplo?
Que las mujeres tardan más en ingresar cuando están en urgencias que los hombres, por ejemplo. O que a la hora de tratar el dolor, a una mujer se le administra un tratamiento más tarde que al hombre. Todo esto solo lo ves si analizas los datos separados, si no, es imposible.

Una aplicación práctica de los datos.
Exacto, conseguimos que en el ámbito de protocolos de la entidad, la perspectiva de género esté incluida porque tiene trascendencia directa en el tratamiento que recibe el paciente. Gracias a este primer análisis, que hemos visto que se reproducía en todos los hospitales, surgió la necesidad de revisar el protocolo del dolor postoperatorio. Pero apenas comenzamos, partimos de cero, y crear todo esto no es fácil.

¿Pero por qué esta demora en tratar el dolor, por ejemplo?
No lo sabemos, todavía lo estamos estudiando. Entre los médicos es una broma que hacemos, pero siempre decimos que quizás es que la mujer aguanta mucho, ¿no? Cuando tenemos un hombre y una mujer en urgencias, él se queja mucho más, la mujer tiende a minimizar el dolor aunque este sea realmente igual o más fuerte. Y entonces, posiblemente, hace que inconscientemente, cuando vas de prisa, la atiendas más tarde.

Uno de los ejes de la comisión es incidir en la docencia. ¿Cómo?
Estamos creando un curso de residentes para darles una pequeña formación en esta temática. Dos representantes de la comisión, curiosamente dos hombres, se dedicarán más a esta parte. Paralelamente también queremos crear un curso en línea para que todos los profesionales lo puedan hacer. Queremos que los residentes que entran vayan adquiriendo esta perspectiva de base, aunque creemos que esto ya debería formar parte de la formación académica que reciban. Ese sería el objetivo máximo. Y esto es aplicable también, por ejemplo, en la investigación. Ahora, cuando se quiere optar a una beca ya hay un apartado que incluye que debe haber cueste lo que cueste esta perspectiva.

Ha mencionado las becas, ¿la perspectiva de género también vale para la investigación?
Claro, se deben hacer muchos estudios e investigaciones con este sesgo. Por ejemplo, encontramos que en una gran parte de ensayos clínicos se han hecho solo con hombres. Y esto tiene después una repercusión en los tratamientos. Esto pasa por biología. El hombre es mucho más estable mientras que la mujer pasa por muchas fases, antes de la menarquia, después, embarazada, menopáusica… Entendemos que esto dificulta, pero hay que tener presente que posteriormente no haber analizado fármacos en mujeres tiene consecuencias.

«La mujer tiende a minimizar el dolor y eso hace que se la atienda siempre más tarde«

¿Cómo afecta?
En la dosis de los fármacos o en los efectos secundarios. Estamos poniendo dosis de quimioterápicos que se han estudiado a partir de los hombres, pero no en la redistribución de la grasa, en la penetración de estos en los tejidos, en los niveles de estrógenos… Se debe hacer mucha investigación y diferente. Y esto también requerirá tiempo.

¿En qué podemos detectar más diferencias de género?
Sabemos que cuando una mujer tiene un ictus hay menos probabilidades de recuperación completa. ¿Por qué? Porque la mujer se cuida menos a sí misma, siempre está pensando más en los demás, en los padres, en los hijos, en el trabajo… Y eso hace que la rehabilitación sea peor. Es una cuestión cultural, de sociedad, que tenemos que cambiar, pero que costará. También en el dolor torácico, cuesta mucho que la misma mujer se dé cuenta de que está sufriendo un infarto.

¿Otro ejemplo donde la recuperación sea peor en las mujeres?
Con lo que estábamos diciendo de los infartos. Cuando una mujer sufre un ataque al corazón en la calle tiene muchas más probabilidades de morir que un hombre. ¿Por qué? Primero porque cuando esto ocurre, pocos piensan que pueda ser un paro cardiorrespiratorio. La mayoría piensa que es un mareo, una bajada de tensión… Y luego nos encontramos con la reanimación. La sexualidad hace que muchos se echen atrás a la hora de tocarnos en estos momentos. Y, finalmente, tenemos la misma fragilidad del cuerpo femenino. Las compresiones no son las mismas que se deben hacer en un cuerpo masculino, menos fuerza, una posición diferente de las manos… Todo esto se debería enseñar cuando se hacen los cursos de reanimación cardiopulmonar, comenzando porque también haya maniquíes con cuerpo de mujer. Porque todo esto tiene un impacto en la recuperación y en la salud de esa persona, que se ha detenido.

Y esto también se ve a la hora de diagnosticar…
Sí, podríamos hablar de patologías psiquiátricas, de asma, de migrañas… incluso en casos de TEA o en Altas Capacidades a ellas siempre se les diagnostica más tarde.

¿Y esto se aplicaría también en diferencias en el tratamiento?
Uno de los ejemplos más claros lo encontramos en el hecho de que las mujeres de edad avanzada suelen caer más que los hombres. ¿Por qué? Una de las causas es que van mucho más medicalizadas. Y aquí entramos en las mujeres y en la cantidad de medicamentos. Es más fácil que una mujer sea medicalizada que un hombre. Los estudios indican que una mujer que entra a urgencias tiene más probabilidades de salir con un diagnóstico de ansiedad y un ansiolítico recetado que un hombre. A él siempre debe haber detrás una patología, lo que le pasa a ella se le atribuye al estrés, a las hormonas… Lo que te decía antes, yo soy internista, y siempre veo que las mujeres mayores tienen una mezcla mayor de medicamentos, y si tenemos en cuenta que se aplican las dosis estándar, esto hace que una de las causas más importantes de caídas en mujeres mayores sea la polifarmacia.

Hablando de medicamentos, ¿estaríamos hablando de medicinas diferentes o específicas para mujeres?
Podría ser, ¿por qué no? Por ejemplo, con el cáncer de mama no damos el mismo tratamiento en hombres que en mujeres. Los hombres tienen tendencia a tener un tipo de cáncer que tolera mejor un receptor. En las mujeres, tenemos diferentes opciones en función de si son pre o postmenopáusicas. En oncología esto está más estudiado, pero es un frente donde se necesita mucha investigación.

Realmente impacta que haya todas estas diferencias…
Sí, es muy interesante. Y creo que podemos mejorar mucho en la salud de las mujeres. A veces pienso que ser mujer es un factor de riesgo. Porque de hecho, las primeras que no detectamos muchos síntomas somos nosotras mismas. Y eso hace que el pronóstico llegue más tarde y las secuelas sean peores. Es lo que decíamos antes del rol de cuidar, de estar siempre para todos, de ser la última, de mirarse poco…

«Las mujeres de edad avanzada suelen caer más que los hombres, porque van más medicalizadas»

Pero no estamos hablando de una causa feminista, sino humanista.
Totalmente, quiero decir que en la comisión todos trabajamos de forma desinteresada, somos voluntarios. Y tenemos igual de motivados a los hombres que a las mujeres. Porque si eres médico, lo que quieres es que a esa persona le vaya bien, sea del sexo que sea. Creo que lo más importante es potenciar la medicina individualizada, que tenga en cuenta el género, la parte social, la cultural, el entorno… el todo. Se trata de darle a cada persona lo que le irá mejor.

Y para hacer eso se necesita el apoyo de las instituciones y de las administraciones.
Sin el apoyo de arriba no sería posible. En Salud ahora se han puesto fuertes en el tema de la perspectiva de género y eso ayudará a avanzar. En Mútua, que nuestra gerente esté 100% implicada facilita mucho las cosas. Todo va mucho más rápido y puedes incidir en todos los ámbitos, de residentes, asistencial, de investigación…

¿Balance del casi primer año? ¿Satisfechos con lo que se ha hecho?
Sí. Lo que quería era un grupo de gente que siguiera la iniciativa y que estuviera motivada. Y eso lo tuvimos desde el minuto cero. Y a partir de ahí todo lo que hemos ido haciendo se ha ido dividiendo, hemos ido tomando responsabilidades. Gente con ganas era lo más importante para mí. Si vas a las reuniones con ideas y allí no te sigue nadie, es terrorífico. Pero ha sido al contrario, he encontrado mucha implicación. Y creo que eso, en los pocos meses que llevamos, ha sido muy positivo.

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