La transformación de la atención primaria en Terrassa comienza por el CAP Sant Llàtzer. El Gobierno catalán ha anunciado el inicio de la primera fase de despliegue de los nuevos Centros de Salud Integral de Referencia (CSIR). Se trata de un nuevo modelo de organización interna y externa de los equipos de atención primaria y se empezará a implantar en 27 centros integrados escogidos de todo el país como un proyecto piloto. Uno de los equipamientos seleccionados ha sido el CAP Sant Llàtzer, el centro con mayor cantidad de pacientes de toda Cataluña (cerca de 40.000, el doble de un CAP normal) y gestionado por el Consorci Sanitari de Terrassa (CST).
El objetivo es que todas las nuevas medidas que se implanten estén dirigidas a una mejor prestación efectiva y eficiente de la atención primaria y comunitaria a la población de referencia asignada, en un momento en que los principales retos son el envejecimiento de la población, el aumento de la cronicidad, la sobrecarga de los profesionales y las dificultades de acceso a la atención. El Departamento de Salud velará para que durante este año de ejecución de los proyectos de cada centro se garantice la efectividad de la atención a la salud. Y se dará todo su apoyo y pondrá los recursos para colaborar en el desarrollo de la iniciativa.

¿Por qué el CAP Sant Llàtzer?
Este jueves, día 3 de julio, el CST ha querido ponerse manos a la obra y explicar en detalle qué supondrá este cambio de modelo. Soraya Mota, directora del CAP Sant Llàtzer y Sídria Gamarra, subdirectora del centro, han sido las encargadas de dar a conocer el proyecto presentado por el centro de Terrassa y que lo ha hecho merecedor de convertirse en un «laboratorio vivo donde poner en práctica nuevas formas de organización, nuevos perfiles profesionales y herramientas digitales para mejorar la atención al paciente».
Son conscientes de que el reto es mayúsculo y que también hay un riesgo, pero este es precisamente el que lo ha hecho atractivo y seleccionable para el CatSalut. «Si se consigue implantar el proyecto en el CAP más grande de Cataluña, tendrá mucho peso para que el resto de centros de primaria lo hagan. Salud ha escogido centros de diferentes tipologías (pequeños, grandes, rurales, urbanos) y con diferentes tipos de organización y de problemáticas. En Terrassa, se ha valorado especialmente la creación de nuevos perfiles y un programa concreto para un colectivo de pacientes», ha detallado David Ferrándiz, Director Ejecutivo Sector Sanitario Vallès Occidental-Oeste.
De esta manera, el proyecto se fundamenta en cinco grandes ejes y ya han comenzado a producirse los cambios, que se irán introduciendo de manera progresiva durante todo el año, con la intención de el año próximo poder hacer una evaluación extensa de su implantación. «Todos los cambios generan dudas e incertidumbres, si en alguna cosa no va bien tendremos que dar un paso atrás y trabajarlo. Algunos serán más fáciles de implantar y otros costará más. Tendremos que reorganizarnos. El objetivo es que al final podamos trasladar todo lo que ha acabado funcionando al resto de CAPs de la ciudad y del país», ha manifestado Soraya Mota.
Administrativo de referencia y un nuevo perfil farmacéutico
El primer gran apartado se basa en el llamado UBA3, que ya se ha instaurado en algunos CAP catalanes. Es decir, al clásico equipo formado por 1 médico y 1 enfermera que comparten un mismo contingente de pacientes, ahora también añadiremos un referente administrativo, el cual se integrará plenamente en el equipo de trabajo estable y en los espacios de coordinación. «Apostamos por este cambio porque el administrativo es la puerta de entrada, y esto nos permitirá organizar mucho mejor las peticiones o demandas a través de una plataforma de programación. Lo que queremos es tener un administrativo en salud que pueda llamarnos, explicarnos los resultados de la analítica o recordarnos que tenemos una cita y programarnos una derivación a un especialista. En definitiva, quitar burocracia a los médicos y enfermeras, para que puedan centrarse en la tarea asistencial exclusivamente», resumen. El mostrador físico continuará existiendo para aquellos que se acerquen al CAP, pero se busca que los pacientes se acostumbren a tener un administrativo específico, y con formación médica, de interlocutor.

El segundo eje, y uno de los más innovadores, es el nuevo papel del farmacéutico de atención primaria. Actualmente, ya forma parte del CAP, pero la novedad es que pasará a incorporarse al equipo UBA3, junto con el médico, el enfermero y el administrativo, conformando un equipo multidisciplinar y plenamente coordinado. Se quiere que haga visitas presenciales con el paciente en el consultorio, y su rol está pensado para los pacientes polimedicados o crónicos. Esta figura servirá para orientar a los usuarios, explicarles la medicación, ajustarla o retirarla si es necesario, controlar los efectos adversos o explicar las posibles contraindicaciones, y hacer un seguimiento más preciso.
Bajas laborales e inteligencia artificial en los consultorios
El tercer gran apartado está enfocado en el control de las ITs o bajas laborales. El proyecto pone el énfasis en el acompañamiento de aquellas personas que están de baja por patologías osteomusculares o por trastornos adaptativos y malestar emocional. Aquí aparecerán los perfiles del fisioterapeuta y el equipo del Rebec (referente de bienestar emocional y comunitario). Se apostará por las terapias grupales, con orientaciones claras, y un acompañamiento individualizado para ayudar a hacer más fácil el retorno al entorno laboral. En un primer momento está pensado para pacientes que no requieren una derivación a psiquiatría o psicología, pero que sí pueden necesitar herramientas emocionales, por un lado; y por otro, para los pacientes con lumbalgia, principal patología en bajas laborales.
Y el cuarto eje es tecnológico con la introducción de la inteligencia artificial en las consultas. La apuesta es hacer transcripción de voz a pacientes seleccionados. De esta manera, el médico o el enfermero podrá estar 100% pendiente de lo que dice el paciente sin tener que estar tecleando en el ordenador para actualizar el historial médico. Un avance que resultará beneficioso tanto para los profesionales -con un ahorro considerable de tiempo- como para los pacientes -que se sentirán mejor atendidos-.

Mejor coordinación con el Hospital de Terrassa
Y para terminar, la coordinación con la atención hospitalaria. Poder hacer una derivación «más adecuada para que la primera visita sea muy resolutiva y el paciente no vaya dando vueltas por el sistema. Intentaremos hacer los acuerdos posibles y más precisos para que la población se vea favorecida en este sentido. Desde el CAP debemos adecuar bien las visitas en el ámbito hospitalario, debemos saber qué debemos derivar, cómo se debe derivar y hacer un acuerdo con la especializada hospitalaria, para que ellos la primera visita pueda ser resolutiva desde el primer momento, que no se tengan que hacer revisitas posteriores de seguimiento, que al final el paciente se pierde en el sistema y genera más listas de espera. Un poco es ordenar este circuito hacia el hospital para que el paciente tenga una resolución diagnóstica o terapéutica antes», sentencian.

