La rierada del de 20 de septiembre de 1971 dejó un muerto. La rierada de 1971 es menos conocida que la de 1962, que causó estragos en Terrassa y en toda la comarca, con centenares de víctimas mortales. La de hace 50 años se produjo de día, pero también es de las que no tendrían que marchar nunca de la retina, y el vecindario se asustó, porque pensaba que, a pesar de las nuevas medidas de seguridad y una urbanización más aseada, la tragedia se podía repetir. El agua bajó con toda su fuerza por las rieras egarensees, especialmente por la de Las Arenas. Los muros que se habían levantado para canalizarla se vieron superados. El agua bajaba por dentro y por fuera del cauce.
Desde lo que hoy es la avenida de Barcelona y la calle de Jacinto Elias se veía todo de color marrón
Desde el que hoy es la avenida de Barcelona y la calle de Jacinto Elias se veía todo de color marrón. La tromba de agua causó una víctima mortal, un hombre de Barcelona que no pudo salir del coche, arrastrado hasta Les Fonts. 22 viviendas cayeron, nuevo se inundaron y 11 se vieron afectados. Cómo dice una canción de Raimon: «En mi país, la lluvia no sabe llover». Y en Terrassa, tampoco. Cuando llega septiembre, mucha gente mayor todavía mira el cielo. El 20 de septiembre de 1971 un fuerte temporal cayó sobre gran parte de Cataluña. Las intensas lluvias provocaron el desbordamiento del río Llobregat que registró el caudal máximo del siglo XX, hasta 3.150 metros cúbicos por segundo.
Alrededor de las tres de la tarde llovió a chuzos. En poco rato s empezaron a inundar las calles más bajas y la circulación de personas y vehículos se va fern imposible. Hacia las cuatro y media, y con un cielo ya sereno, la ciudadanía salió de casa para ver qué había pasado. Un golpe más, aparecieron montañas de chatarra, de coches arrastrados por la corriente. La víctima se llamaba Francesc Xavier Jensana Anguiso. Su vehículo tenía la matrícula B-718552.
Las casas de Terrassa más afectadas
Las casas de Terrassa más afectadas se levantaban en el barrio de Ègara, en la avenida del Vallès, en la calle de Francesc oller y en el actual paseo del 22 de Julio, Santo Crispé y Hockey. Se tuvo que desalojar la guardería de Sant Llorenç por el peligro que comportaba permanecer en las aulas. Unas 800 líneas de teléfono quedaron desactivadas, y cuatro pozos de captación de agua, anegats o fuera de uso. Los servicios de intendencia de la capitanía general de la IV Región Militar dieron 200 colchones para hacer frente a la pide de la gente que había huido de sus casas. Se habilitó para dormir un espacio al que se decía Escuela de maestria y para comida la escuela Francia.
