En los últimos meses se ha puesto de moda el concepto «urbanismo táctico». Se trata de una apuesta para transformar el espacio público de una manera «ágil, económica y provisional», a la espera de un proyecto final de obra que acabe tomando forma. Son actuaciones reversibles y más asequibles, basadas a menudo en franjas de colores, elementos de mobiliario urbano, jardineras que se pueden mover o juegos pintados a tierra.
En Terrassa, con la aparición de los Next Generation y de la introducción de la «Revolución Verde», desde el Ayuntamiento se ha hecho suya esta nueva forma de urbanismo para avanzar hacia una «ciudad más sostenible y accesible». Aun así, estas modificaciones en las calles de la ciudad no siempre se han acabado de entender. Los primeros a experimentarlo fueron los vecinos de las calles Arquímedes y Galileo, con la aparición de unos caminos pintados en el asfalto para dar más amplitud a las aceras. Poco después, lo mismo pasó en la calle Faraday y en los alrededores de la parroquia de la Sagrada Familia. Can Aurell ha sido uno de los barrios que por su fisonomía más sujeta ha estado a este nuevo modelo.
No ha sido el único. Las jardineras se pueden ver en la calle del Vall, por ejemplo, ante las puertas de los centros escolares, como una barrera para evitar que los niños se aboquen directamente en la calle -ahora de plataforma única- y puedan ser atropellados por los coches que circulan. También se han ampliado aceras con pintadas al asfalto a barrios como Las Arenas-La Grípia-Can Montllor.
Prou Barreres y un paso de peatones
Más allá de la estética y de las quejas vinculadas a la pérdida de lugares de estacionamiento, el urbanismo táctico tiene que ser cuidadoso con el concepto de accesibilidad y sostenibilidad que quiere transmitir. Esto es lo que ha recordado la Associació Prou Barreres a través de las redes sociales. Lo ha hecho con un tuit en que muestran una imagen captada en Terrassa en que se puede ver la gran pastilla verde -con un campo de fútbol pintado-.
urbanisme tactic que incumpleix la normativa d'accessibilitat i seguretat, incoherent amb el compromís del #Pacte_terrassa_per_la_accessibilitat @jordi_ballart @xcardona @mlluisvall @OnaVias @EvaCandelaLopez @MartaGimeArcusa @AliciaTsMn2 @trsmobilitat pic.twitter.com/Y1glUBltKG
— PROUBARRERES (@PROUBARRERES1) January 6, 2024
El problema, como resaltan, se encuentra con el paso de peatones, que queda cortado en medio de la calzada. «Urbanismo táctico que incumple la normativa de accesibilidad y seguridad. Incoherente con el compromiso del Pacto de Accesibilidad de Terrassa», se quejan. Desde la asociación «pedimos y exigimos poner en práctica los protocolos de actuación, la prevención es clave para intentar evitar vulneración de derechos. Cuando nos ponemos a trabajar?», dice Jordi Dueso.
La queja ha obtenido respuesta desde el alcalde Jordi Ballart, que les ha contestado que los «servicios implicados han recogido vuestra queja y están estudiando las posibles soluciones a llevar a cabo. En todo caso, de momento, y hasta que no se adopte una solución, en cuanto a esta ubicación en concreto, podéis utilizar el itinerario accesible que hay en la acera de enfrente. Tenemos el compromiso de mejorar la accesibilidad en la ciudad y hemos ido avanzando de vuestra mano y gracias al trabajo que hacéis las personas que estáis detrás de entidades como la vuestra. Y continuaremos avanzando para hacer de Terrassa una ciudad accesible e igualitaria, siempre con la mejor de las intenciones, y aprendiz y mejorando cada día más».
Una farola en medio de la acera
La remodelación de la calle de Sant Francesc, vial de entrada en la isla de peatones del Centro, también ha dejado algunos ejemplos de descura en el ámbito de la accesibilidad. Así, encontramos una farola que con la ampliación de las aceras, ha quedado situada en medio, sin ninguna señalización de aviso para personas con discapacidad visual, de hecho, queda fuera del pavimento podo-táctil que indica el límite de la acera.
En el mismo vial, los vecinos se quejan que los contenedores se han ubicado sobre la acera, limitando el espacio de paso. El mismo problema que hay con los coches, que ahora, con la eliminación de toda la banda de aparcamiento temporal -de carga y descarga o de zona azul, como era antes- no los ha echado, sino que ocupan espacio de acera que no les corresponde.
