Hallazgo inquietante el que han hecho este fin de semana los vecinos de la plaza de la Bòbila Segués, en el Centro de Terrassa. En uno de los bancos que hay en este espacio, han aparecido varias cajas de medicamentos abiertas con las jeringas tiradas por el suelo, junto a un montón de ropa y suciedad que las acompañaban. Esta ha sido la gota que ha colmado el vaso para unos residentes que ya están hartos de tener problemas de incivismo, especialmente las noches y tardes de viernes y sábado.
«Estamos hartos en la plaza Bòbila Segués de los fines de semana encontrarnos basura de la juventud que ha estado haciendo botellones. Pero hoy, esta mañana, ya ha sido demasiado», lamenta a MónTerrassa, M.J.G, una de las vecinas. Entre botes de jabón, varias prendas de vestir y unas chanclas, lo más sorprendente son las cuatro cajas que corresponden a Caverject.
Es un medicamento inyectable que se utiliza principalmente para tratar la disfunción eréctil, ya que relaja los músculos del pene y aumenta el flujo sanguíneo, lo que causa una erección. Caverject tarda de cinco a quince minutos en comenzar a trabajar, y sus efectos duran treinta a sesenta minutos. Los profesionales indican que hay que tener cuidado e inyectarse la dosis más baja posible, para evitar los múltiples efectos secundarios, especialmente el más grave -sobre todo si se combina con alcohol-, como es el priapismo.
Los vecinos se muestran preocupados por si la aparición de estos residuos se convertirá en algo habitual y por descubrir quién es su propietario.

El dolor de cabeza de los vecinos viene de lejos
No es la primera vez que los vecinos de este espacio entre las calles de Vallhonrat y de Sant Marian. Con más de 3.500 m2, la plaza pública ajardinada, con una zona de juegos y de recreo, es un espacio habitualmente tranquilo que invita a pasar el rato. Pero, precisamente, esta sensación de intimidad y calma, la hace tan atractiva a grupos de jóvenes que la aprovechan para hacer fiesta los fines de semana. Música alta, jaleo y alcohol. Y llamadas a la policía porque es imposible dormir.
Hace pocos meses, a finales de año, los vecinos denunciaron que a los habituales grupos haciendo botellón se habían sumado varias personas sin hogar que utilizaban los bancos de la plaza para pasar la noche. Esto provocaba una creciente sensación de inseguridad entre los residentes pero también un problema añadido de higiene y salud pública, ya que los cartones y los desechos se iban acumulando.