MónTerrassa
Un elemento con historia que quizás sabes qué es
Torre de agua de la calle de Arquímedes | Joan Manel Oller

«Plumero», a pesar de que también podemos decir torre de agua. En Terrassa nos quedan una docena, y muchas sufren un serio peligro de desaparecer. Uno de ellos lo encontramos en la calle de Arquímedes, esquina con la de Blasco de Garay. Si no os habíais fijado, ahora ya podéis hacerlo. Y también ya sabéis qué es.

Gracias a los «plomeros» la pequeña villa del siglo XIX dio un paso hacia la modernización

Gracias a los «plomeros», la pequeña villa del siglo XIX dio un paso hacia la modernización, contribuyeron a llevar el agua potabilizada a todas las casas.

Las torres se situaban básicamente en el núcleo histórico, en una isla delimitada por los calle de la Sociedad y de Garcia Humet al este, y por el de Arquímedes en el oeste. En el norte, la calle de San Valentín, y en el sur la calle del Colegio. Fuera de este círculo -o cuadrado- poca cosa, salvo un plumero al otro lado del puente del Passeig, en Vallparadís. Decíamos que quedan una docena, con las del cruce de las carreteras de Rubí y de Montcada, la de la antigua Clínica de Remei y la de la esquina de la calle de Vallhonrat como grandes estandartes. Un apunte, «plomero» hace referencia a una unidad de medida del agua, diferente según el municipio.

Cual era su funcionalidad? Cómo eran?

Eran torres de algo más de un metro cuadrado de planta y la altura normal estaba entre los cuatro y seis metros pero siempre superior a las casas a las que suministraba, para aprovechar la fuerza de la gravedad. Dentro había una cañería por la cual el agua llegaba de una manera constante. Aquí, junto a una plataforma, había un recipiente con ranuras diversas dimensiones que dejaba pasar el líquido a unos cajones o bolsitas más pequeñas, desde donde salían los tubos que llevaban el agua en las casas de los clientes. La ranura variaba en función de la cantidad de plumas contratadas. Muchas veces, el agua que iba hacia el cliente se podía volver a repartir desde una torre todavía más pequeña, generando todo un circuito.

El ladrillo es una de sus características, y la forma de minarete otra. Era nornal la decoración de estilo neoárabe. El primero se levantó el 1846, momento de un primer impulso industrial. La gran mayoría de repartidores los firma como arquitecto Joan Baptista Feu y Puig, por lo cual todas seguían unos mismos parámetros. Un segundo nombre asociado a los «plomeros» es el de Melcior Vinyals, fundamentalmente por su participación en la ampliación del de la Clínica de Remei, el más excepcional de todos.

En 1966 los repartidores alcanzaban todavía 63 vecinos de Terrassa. Justo es decir que los clientes contrataban una cantidad de agua a perpetuidad. El agua era de ellos y de sus sucesores. De este modo, la empresa tenía una hipoteca vitalicia pero conseguía capitalizarse. Normalmente se contrataban 250 litros diarios, o 500 si le familias eran numerosas.

En un primer momento, el agua procedía de las minas y de los pozos de captación, atendido quen la llegada de las aguas del Llobregat se retrasarà hasta la década de los 40 del siglo XX.

Comparteix

Icona de pantalla completa