La plaza Nova de Terrassa ya ha podido estrenar su nueva cara. Después de meses en obras, esta semana se ha desmontado todo el enrejado que impedía ver qué se estaba haciendo en la zona de la tarima y el cenador. Así, una vez ya finalizadas las obras de mejora, los vecinos y peatones ya pueden volver a pasear con normalidad.
Los trabajos empezaron a finales de septiembre del año pasado, y por tanto, la zona ha estado restringida a la circulación cerca de un año. Desde el gobierno municipal consideraban pero que había que llevar a cabo la reforma, puesto que presentaba varias problemáticas estructurales, especialmente en la zona de la tarima. Al ser de madera, con el paso del tiempo se había ido degradando y su mantenimiento comportaba ciertas dificultades añadidas.

Fuera la tarima de madera y vegetación autóctona de poca agua
De este modo, las obras han consistido en retirar toda la estructura de madera existente de la zona del cenador y se ha optado por recuperar el pavimento original de la plaza, al mismo nivel, sin escalones ni dificultades de accesibilidad. Así, ahora luce con el típico ladrillo de color rojo.
También se ha trabajado en la adecuación de las instalaciones de agua y luz. Y por los más atentos, verán que se ha instalado un nuevo sistema de riego que permitirá facilitar mucho más el crecimiento de las plantaciones en tierra que se han colocado, las cuales se apuesta por una vegetación autóctona, con baja necesidad de agua y mantenimiento. Esta ha sido la decisión después de ver como en el episodio de restricciones por la sequía se están muriendo muchos de los espacios verdes ajardinados de nuestra ciudad. Por último, también se han reubicando algunos puntos de alumbrado de este tramo de la plaza.
Con esta intervención, el Ayuntamiento ha querido «dignificar» esta zona y dar respuesta a las demandas vecinales, que habían denunciado el mal estado de la tarima y de la arbustiva en el espacio de la pérgola.


