El Parc dels Catalans de Terrassa es un espacio verde situado en medio de la ciudad, al lugar en el cual durante décadas había las vías a cielo abierto y la estación antigua de los Ferrocarriles de la Generalitat. La idea del Ayuntamiento es replantear su función y ya ha puesto manos a la obra para darle una nueva vida, enlazarlo con la entrada Sur (la Puerta Sur) de la ciudad desde la Rambleta del Padre Alegre, que se quiere dignificar para ofrecer una imagen más amable a quien llega, y darle una continuidad urbanística hasta más allá del Doré y la parte que hay por encima.
El Parc dels Catalans es, en teoría, un lugar de encuentro habitual para la ciudadanía como espacio de ocio y un espacio para hacer celebraciones y actas de cualquier tipo por sus dimensiones y situación. Pero los últimos tiempos se ha producido un proceso de degradación, cuando menos en un lugar de botellones donde los problemas nocturnos son usuales.
El alcalde de Terrassa, Jordi Ballart, cree que hay que potenciar el Parc dels Catalans. «Es estratégico por nosotros. Y me preocupa la situación actual, por la tipología de las personas que van, el tipo de comercio no es el que querríamos… Ha entrado en una dinámica negativa. Y ha perdido la función original. Yo me imagino un gran parque, con espacios diáfanos y menos árboles y caminitos, que permita el encuentro, que facilite las actividades infantiles y que atraiga los niños de las escuelas y sus familias», ha manifestado en una entrevista para MónTerrassa. Dentro de la reactivación hay que incluir un nuevo restaurante.
Un cambio radical en la zona de vías y a la estación
El soterramiento del Tren de Baix comportó la eliminación de un edificio histórico y la sustitución por uno muy alto. La imagen de la zona cambió. El mayo de 1995 se inauguró el parque. Diseñado desde el Estudio de Ingeniería y Urbanismo J. M. Domènech, se encuentra entre la rambla de Ègara, en su parte sur, las calles de Vinyals y del Doctor Cabanes, el Portal de Sant Roc y la carretera de Montcada.
Tiene una superficie de más de 10.000 metros cuadrados. Sin sequía, había un tendido de césped de superficie ondulada con espacios bordeados por caminos, con puntos arbolados y que miraba hacia la Rambla. Hay la escultura llamada «Carnestoltes«, del artista Joan Carraminyana Coles, que se erigió con motivo del 25.º cumpleaños de la asociación la Sucietat de l’Embut, hace 1,80 metros, y simboliza el espíritu quebrantador de la festividad.