Los Okupas denuncian sufrir una campaña de «acoso y criminalización» por parte del Ayuntamiento de Terrassa. El sábado 30 de agosto, la Asamblea de Okupas anunciaba la ocupación de la antigua tintorería Cardona. Este edificio, propiedad de la Sareb y que se encontraba abandonado desde hacía años, está ubicado en la carretera de Montcada, 269, y se quiere convertir en el nuevo epicentro de los colectivos anticapitalistas de la ciudad.
Sin embargo, el edificio no estaba previsto que se quedara en pie mucho tiempo, ya que hace unos meses se aprobó un proyecto de urbanización de todo el sector, para convertirlo en un «gran eje peatonal que conecte el Centro con el Siglo XX». Y, al mismo tiempo, está prevista la ampliación de la oferta de vivienda con la construcción de 68 nuevas viviendas, de las cuales un 36% estarían destinadas a vivienda de protección pública.
Esta dicotomía de intereses entre el movimiento okupa y la administración local ha provocado la apertura de un conflicto, que ha sido calificado de «guerra sucia» desde la Asamblea. La entidad afirma que en las últimas dos semanas, han recibido «presiones» por parte de los técnicos municipales, agentes de la Policía Local y Mossos d’Esquadra, y miembros de las brigadas de obras del Ayuntamiento. Dicen que los han visitado en repetidas ocasiones con el pretexto de la «seguridad estructural» del edificio. Sin embargo, los okupas interpretan estas actuaciones por parte del Ayuntamiento como «una estrategia política para deslegitimarnos y desgastarnos».
Lucha contra la Sareb y defensa de la okupación
De esta manera, subrayan que se está propiciando un «clima más amplio de criminalización y señalamiento, en el que se combina el acoso administrativo y judicial». Todo, dicen, para «desacreditar el movimiento y evitar que la okupación se consolide como una herramienta legítima de resistencia ante un verdadero expolio que sufre la vivienda”.
La ocupación de la antigua fábrica Cardona por parte de la Asamblea no sólo pretendía conseguir un centro social que pudiera sustituir al Kasalet, sino también pretendía denunciar «la falta de acceso a una vivienda digna y asequible» en nuestra ciudad. Y, poner el foco, especialmente, en la Sareb, el conocido como «banco malo» y principal «acumulador» de pisos vacíos, más de 600 según las informaciones oficiales del año 2023. «La antigua tintorería Cardona es el recuerdo de la burbuja inmobiliaria de 2003 y de los grandes proyectos faraónicos y especulativos fallidos, que los gobiernos locales llevaron a cabo aquellos años» y añaden que la Sareb «tiene las manos manchadas de sangre» en Terrassa, recordando el caso de un vecino del Siglo XX que se suicidó poco antes de ser desalojado por este fondo buitre.
Desde la Asamblea, además de denunciar en un comunicado la situación que están viviendo, han hecho un llamamiento a la ciudadanía de Terrassa a mostrar su apoyo al nuevo espacio okupado en una convocatoria el próximo viernes 19 de septiembre a las siete y cuarenta y cinco (19.45h) frente al Ayuntamiento de Terrassa.
