MónTerrassa
Un oficio que ahora parece muy extraño e inimaginable

He ido recogiendo, de personas grandes, recuerdos sobre oficios o trabajos curiosos de la Terrassa de antes. Un oficio que ha desaparecido totalmente de las calles de Terrassa es el recojedor de los desechos de las caballerías, y es que entonces la mayoría de las casas que vivían del campo tenían un macho o un burret y además todo el transporte de los comercios y de las fábricas se hacía con carros tensados por caballos, hecho que producía una gran cantidad de desechos que había que retirar de unas calles que la mayoría eran todavía de tierra.

Este utilizaba un tipo de paleta grande para recoger los excrementos y se ayudaba de un capazo para recogerlas y, un golpe lleno, lo vaciaba en un carrete tensado por un burro. Del que después hacía de todo el que había recogido no se sabe nada del cierto, pero es de suponer que si no se usaba para adobar algún jardín municipal (muy escasos en aquellos años), alguien le compraría, puesto que no queda claro que este oficio fuera un servicio municipal.

Oficios ancestrales en la calle Mayor de Sant Pere en la década de los años 50

En la calle mayor de Sant Pere, en la década de los años 50 del siglo XX todavía se conservaban oficios antiguos que del mismo modo que en la época medieval, se faenaba en obradores instalados en la habitación de la entrada, Cuadros, “Quarto de la reja” y, en algunos casos en la calle para aprovechar la luz del día o por la incapacidad de espacio dentro del obrador.

Tenemos el caso del baster o «guarnicioner»; era un taller donde se adobaban y vendían guarnimientos para bestias de carga y arreglos de velas de carros y tartanas. El baster de Sant Pere estaba ubicado en el n.º 32 de la calle Mayor y se decía Corneli Roige. Era habitual verlo ensartado a un carruaje adobándolo o guarnicionar-lo, principalmente los días anterior al pase de Sant Antoni o los Tres tumbos, que es cuando tenía más trabajo.

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