MónTerrassa
Nueva denuncia por agresión sexual en el caso de la iglesia Samaria

Nueva denuncia interpuesta por una feligresa de la comunidad Samaria de Terrassa. Esta semana, el Juzgado de Instrucción 4 ha registrado una segunda ampliación del caso abierto por posibles agresiones sexuales a menores por parte de dos miembros de la comunidad de la iglesia evangélica -un monitor y otro miembro de la comunidad, menor en el momento de los hechos-. A principios del mes de marzo, se realizaba una primera ampliación al auto con varios usuarios que manifestaban haber sufrido vejaciones y maltrato psicológico por parte del pastor de la congregación, y que se añadían a las dos denuncias iniciales.

Ahora, ha sido una feligresa quien se ha sumado a la denuncia, asegurando haber sido víctima de un delito contra la integridad moral y acusa tanto al pastor como a su esposa de haber sido parte. Según avanza El Periódico, la víctima formó parte de la Iglesia Samaria de Terrassa desde muy pequeña, y ha confirmado que había un «clima de represalias y control» hacia los fieles. Coincide en decir que las enseñanzas que les impartían eran amenazadoras, diciéndoles que serían castigados con desgracias como el cáncer o la muerte, si dejaban la comunidad.

Agresión sexual cuando tenía 7 años

Sin embargo, el escrito de acusación va más allá y afirma que cada fin de semana iban al local situado en la carretera de Montcada y se visionaban vídeos de supuestas imágenes del infierno, vídeos con «escenas muy explícitas y palabras que generaban terror en los niños y niñas de entre 5 y 12 años, a quienes no se les permitía negarse a verlos, teniendo duras represalias contra ellos si lo hacían». Esto causó que fueran «educados para obedecer sin parpadear», y que los casos de agresión sexual se extendieran tan fácilmente.

De hecho, asegura que ella misma fue agredida sexualmente cuando tenía 7 años por parte del tesorero de la congregación, ya fallecido. Explica que «siempre estaba rodeado de niños», que les hacía bromas y les ofrecía caramelos. Un día, la convenció, acompañada de una amiga, para ir a su casa y por el camino les mostró revistas pornográficas y les habló abiertamente de sexo. Posteriormente, abusó de las dos. Todo esto le provocó ataques de ansiedad durante un año y medio, tuvo que ser medicada y se le diagnosticó un trastorno obsesivo compulsivo.

Los acusados piden saber el papel de las instituciones

En la primera ampliación de la denuncia no solo se focalizaba en añadir nuevos cargos contra los dos monitores, sino que la letrada, en declaraciones a 3Cat, apuntaba que se había pedido al juzgado que realice dos pruebas de investigación dirigidas al Consejo Evangélico y al Ayuntamiento de Terrassa.

En el caso del Consejo Evangélico se requiere información sobre la “relación legal que mantenía con la iglesia Samaria, y si hay algún protocolo interno de actuación para fiscalizar el comportamiento de las iglesias inscritas”. Recordemos que tanto la Iglesia Evangélica Unida de Terrassa como, posteriormente, la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE) emitieron comunicados en los que condenaban “rotundamente” los hechos causados por parte del pastor y de un monitor. Ferede afirmó que desde 2022, cuando trascendieron las primeras quejas, se había dado de baja a la iglesia Samaria y retirado la acreditación de ministro de Culto al pastor implicado.

Por otro lado, los demandantes reclaman al Ayuntamiento que aporte al juzgado el expediente administrativo con el que gestionó la cesión de los terrenos para hacer la nueva iglesia Samaria. Santiago ha matizado que el proyecto nunca llegó a hacerse realidad, caducando el expediente municipal de cesión, pero que la congregación “estaba dispuesta a aportar más de 800.700 euros para disponer del suelo durante 75 años”. El Consistorio emitió un comunicado en el que se ponía a disposición de las víctimas y pedía que no se estigmatizara al colectivo evangélico.

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