La Junta de Gobierno ha aprobado recientemente el convenio de colaboración con la Generalitat de Catalunya para la cesión de la titularidad del nuevo vial ciclable que discurre por el corredor del antiguo trazado de la C-58 y que conecta Terrassa y Viladecavalls. Este trazado, que ha perdido su funcionalidad como carretera a raíz de las obras de construcción del enlace entre la B-40 y la C-16, ha sido financiado por la administración autonómica con un presupuesto de 2,5 millones de euros, con cargo a los fondos europeos de los Next Generation.
«La finalidad es que sea una alternativa a la movilidad entre ambos municipios, dando respuesta a la movilidad urbana cotidiana, de una manera activa y sostenible y con condiciones de seguridad», explica el teniente de alcalde de Territorio y concejal de Movilidad, Xavier Cardona. El nuevo itinerario, de unos tres kilómetros de longitud, sale de la calle de Rafael de Campalans, en el barrio del Roc Blanc, y discurre por diferentes núcleos de Viladecavalls, desde Can Trias y Sant Miquel de Guanteres hasta el núcleo antiguo. Así pues, la vía formará parte de la red de vías ciclistas de Terrassa.

El primer tramo del trazado es de nueva ejecución entre la estación de tren de Viladecavalls y el eje del trazado de la antigua C-58 y sigue, de manera separada, el vial de acceso a la estación desde el enlace de la B-245 con la C-16. Una vez atravesado, con dos pasos de peatones y bicicletas, continúa por el antiguo vial de la C-58 con un paso inferior. Desde aquí, llega al polígono de Can Trias para conectar, finalmente, con el eje de la B-120 que enlaza con la red ciclable de Terrassa por la calle de Rafel Campalans.
La longitud del carril bici dentro del término municipal de Terrassa es de unos 220 m, la mitad se sitúa en la calzada actual de la C-58, y la otra mitad en la carretera de Olesa, que se conecta con el tramo de la C-58 mediante una rampa de nueva construcción.