La Asociación Prou Barreres, que defiende los derechos de las personas con discapacidad y promueve la igualdad de oportunidades en nuestra ciudad, ha reclamado al Ayuntamiento de Terrassa que cumpla con el Código de Accesibilidad de la Generalitat, que obliga a la ciudad a tener unas 1.580 plazas de aparcamiento reservadas para personas con discapacidad, pero solo tiene 238. Según manifestó Paqui Torres, representante de la asociación, en el Pleno Municipal extraordinario de movilidad del pasado 23 de mayo, esta carencia «obliga a muchas personas a utilizar zonas de carga y descarga». Por lo tanto, piden que no se apliquen restricciones de uso de estas zonas a personas con discapacidad mientras se mantenga esta falta de plazas. En cuanto al transporte público, reclaman realizar el mantenimiento adecuado de las rampas de los autobuses, garantizar la megafonía y continuar sensibilizando a los conductores.
Intervención íntegra de la Asociación Prou Barreres en el pleno de movilidad
Me llamo Paqui Torres y hablo en representación de la Asociación Prou Barreres que defiende los derechos de las personas con discapacidad y promueve la igualdad de oportunidades en nuestra ciudad. Queremos agradecer al Ayuntamiento que haya permitido la participación de las entidades en este pleno extraordinario.
La movilidad es fundamental para todos y aún más para quienes conviven con una discapacidad y es por eso que después de la aprobación inicial en el pleno de febrero, y curiosamente por unanimidad de todos los grupos municipales, del Reglamento Municipal de Estacionamiento para Personas con Discapacidad presentamos alegaciones para mejorarlo y hacerlo más justo.
Según el Código de Accesibilidad, que es una norma de la Generalitat, por cada 30 plazas ordinarias de aparcamiento debe haber una con reserva genérica para personas con discapacidad que dispongan de tarjeta. Terrassa debería tener unas 1.580, pero solo hay 238 de 1.580. Esta carencia obliga a muchas personas a utilizar zonas de carga y descarga y por tanto nuestra primera demanda está encaminada a que no se apliquen restricciones de uso de estas zonas por parte de personas con discapacidad. Necesitamos más tiempo para bajar del vehículo y subir, llegar al destino y regresar al coche y además una hora no es suficiente porque no podemos controlar el tiempo que durará en nuestras gestiones. Mientras no haya suficientes plazas reservadas, estas zonas nos son imprescindibles.
Segunda, que no se limite el tiempo en las zonas de parquímetro para personas con tarjeta mientras no se haya alcanzado la ratio establecida de una por cada 30 y cuando se alcance cualquier limitación debería ser superior a 5 horas y debería estar correctamente justificada.
Tercera, que los estudiantes con discapacidad puedan solicitar plazas individuales si el centro educativo no tiene propias y no se puede garantizar el estacionamiento de estas personas. Este derecho existía en el reglamento anterior y no hay ningún motivo legal para eliminarlo ahora, se haya utilizado o no en el pasado.
Cuarta, que se permita solicitar plazas individuales en el lugar de trabajo a personas con discapacidad que conducen en igualdad de condiciones que las que sí lo hacen. Es contrario al código de accesibilidad y sería un retroceso inaceptable en una ciudad que ha sido pionera y referente en inclusión.
Quinta, que no se exija convivir con la persona conductora para solicitar una plaza reservada en el domicilio cuando la persona que la solicita no conduce. Muchas personas con discapacidad grave dependen de familiares o profesionales que no conviven con ellas. El derecho debe depender de una necesidad y no del padrón municipal.
Finalizando este bloque, como sexta demanda reclamamos el reconocimiento explícito y la garantía del derecho a circular y estacionar dentro de zonas peatonales, de acceso restringido, zonas de bajas emisiones e islas peatonales cuando el destino se encuentra dentro. Es necesario establecer sistemas de registro y garantizar aparcamientos accesibles en estas zonas. No queremos más burocracia, queremos movilidad real.
Ahora brevemente nos referiremos al transporte público. En este sentido consideramos que es necesario revisar la normativa de la tarjeta blanca ajustando correctamente los criterios de discapacidad, renta y necesidad de acompañamiento. Es necesario realizar el mantenimiento adecuado de las rampas de los autobuses, garantizar la megafonía y continuar sensibilizando a los conductores.
Es necesario adaptar también los horarios a la demanda y especialmente los fines de semana para evitar que las personas con silla de ruedas se queden sin espacio. Se debe implementar, por otro lado, como ya sucede en otros municipios como Barcelona, un servicio de transporte público especial puerta a puerta para quienes no pueden utilizar el transporte público ordinario. Si no, se seguirá limitando el derecho a la participación en la vida social y comunitaria. También se debe aumentar el número de taxis adaptados garantizando servicio 24 horas que ahora no lo tienen y tarifas iguales a los coches que no son adaptados.
Finalmente, se han detectado 300 actuaciones pendientes en la vía pública como pueden ser aceras estrechas, rebajes de pasos de peatones, semáforos sonoros… Es necesario un plan anual para ejecutarlas y esto debe ser una prioridad. Esperamos que estas reivindicaciones se tengan en cuenta, que los grupos las hagan suyas y que cuenten con nosotros para seguir construyendo una Terrassa mejor para todos. Las implicaciones de la discapacidad son una cuestión de todos y todas. Muchísimas gracias.