Conceptos básicos para analizar, comprender y poder solucionar el problema de las calles Galileu/Arquimedes y otras calles de Terrassa donde la contaminación y circulación excesiva de vehículos generará una situación insostenible para nuestros conciudadanos.
Dado el apoyo que desde BiTer damos a los vecinos de Arquimedes y Galileu y en general a todos los ciudadanos de Terrassa que desean una ciudad más saludable, segura y sostenible, relatamos a continuación una serie de preguntas y respuestas que queremos compartir y que nos pueden ayudar a plantear bien el problema y encontrar soluciones.
¿Es constante el número de coches que circulan por las calles de Terrassa?
No. La población de Terrassa crece permanentemente, hay nuevos barrios desarrollándose por todas partes, como Can Bosch, Can Colomer, AEG, Gas, etc., por lo tanto, miles de nuevos habitantes en los próximos años con miles de nuevos coches que querrán circular también por las calles «de toda la vida» como Galileu, Arquimedes, etc. El número de vehículos que circularán por nuestras calles no dejará de crecer si no se toman medidas.
Aquellas teorías que creen que si no modificamos el paso de vehículos por calles como Galileu/Arquimedes no afectará a mi calle cercana, son falsas, los coches como un fluido acaban ocupando todo el espacio posible incrementando también la circulación en estas calles cercanas para evitar los cada vez más frecuentes atascos de Galileu/Arquimedes.
¿Existe una solución ante este problema?
Sí, desde hace más de sesenta años en Europa, cientos de ciudades trabajan para reducir el número de vehículos que circulan por sus calles, desde 1970 en Groningen en los Países Bajos y hasta ahora más de 200 grandes ciudades como la nuestra aplican medidas modernas de recuperación de espacio para el peatón y reducción del espacio para los coches, obteniendo siempre zonas con aumento de comercios, zonas peatonales y viviendas con más calidad de vida.
¿Cuál es el principio aquí llamado del “Dònut” en otros lugares “rosquilla”?
Es el principio de considerar la ciudad como un dònut donde se impide el tráfico de paso en lo que sería el agujero del dònut. Es decir, no es posible atravesar la ciudad por el centro del dònut, sino que se debe hacer por los alrededores de la corona.
Es cuando se quiere atravesar el dònut por su agujero, cuando se concentra el 50% del tráfico y lo hace de la manera menos eficiente posible, porque es donde se producen los atascos y, por tanto, la velocidad media de desplazamiento es muy baja y la contaminación máxima. Al crear estas zonas restringidas, la circulación se deriva por los alrededores del dònut donde no se producen atascos y la velocidad media de desplazamiento es mucho mayor. A la vez, este impedimento o dificultad “evapora” mucho tráfico, sobre todo aquel que recorre menos de 2 – 3 km de media, tráfico que no tiene previsto salir de la ciudad. Estas personas se pasan a otros medios de transporte sostenible, a pie, transporte público y patinete o bicicleta.
¿Qué es la circulación “evaporada”?
Es una parte del tráfico de coches/motos que desaparece ante las nuevas restricciones o dificultades que se presentan para atravesar determinadas zonas de la ciudad. Si un conductor no tiene la obligación de tomar el coche/moto porque su desplazamiento no es al exterior de la ciudad sino que es dentro de la misma y con una distancia no superior a 3 km decide cambiar de modo de transporte y ir a pie, transporte público o bicicleta.
¿Qué es el tráfico “inducido” también llamado “efecto llamada de coches”?
Es el concepto contrario al anterior. Cuando se abre un nuevo carril de circulación o una nueva calle, muchos vehículos ven una oportunidad de mejorar sus recorridos y deciden utilizar estas nuevas rutas. El problema es que estas rutas también colapsarán con el tiempo. Por ejemplo, una hipotética apertura de la Rambla d’Ègara, aunque fuera a horas determinadas como apuntaba un hipotético experto en primer término, podría absorber algunos de los vehículos que circulan por Galileu, pero pasados unos meses el efecto llamada haría aumentar la cantidad de vehículos en ambas vías. Dejando de lado que hacer circular vehículos privados por una vía de un solo carril por donde pasan más de 200 autobuses diarios con los correspondientes semáforos y paradas de pasajeros estaría fuera de toda lógica en la fluidez de tráfico privado, estropeando las frecuencias del transporte público (es preocupante el nivel de las propuestas de solución de algunos de los llamados expertos.)
¿Qué es el conductor “sofá”?
Es el conductor que no ha conocido otros sistemas de transporte más allá del coche/moto, lo usa cada día para recorrer un promedio entre 8-10 calles y tarda, entre el tiempo de desplazamiento y el de búsqueda de aparcamiento, el mismo tiempo que si lo hiciera a pie, bicicleta o transporte público. Lo utiliza 25 minutos en el desplazamiento para tenerlo el 95% del tiempo estacionado. También suele padecer sobrepeso y en el mejor de los casos, si va al gimnasio, también lo hace en coche. Trabaja entre el 20 y el 40% de su vida para pagar este vehículo.
Si eliminan el tráfico de paso en las calles Galileu y Arquimedes, ¿estaremos trasladando el problema a otras calles cercanas?
No, la avenida Àngel Sallent es hasta 5 veces más ancha que la calle Arquimedes y la Ronda Ponent lo es más de 10 veces. La contaminación tiene un factor volumétrico, esto significa que los valores de contaminación de la calle Arquimedes, mortales para los vecinos de esta calle, diluidos entre 20 y 50 veces serían inocuos para los vecinos de las citadas avenidas exteriores de nuestra ciudad. Las cargas contaminantes pasarían a valores negligibles.
¿Tiene sentido que en la Ronda Ponent se aparquen coches?
Es evidente que una vía de comunicación llamada Ronda donde se permite el aparcamiento de vehículos privados en el espacio público denota una falta de muchos años de previsión y diseño urbanístico en nuestra ciudad.
¿Qué deberíamos hacer?
En una primera fase eliminar el tráfico de paso solo en la calle Arquimedes. Esto provocaría una reorganización del tráfico.
En una segunda fase limitar el tráfico en la calle Galileu, Nicolau Talló, Faraday hasta Àngel Sallent.
Finalmente, adecuar la Ronda Ponent eliminando el aparcamiento en la calle y buscando la conexión con la salida de la C58 detrás del Hotel Don Candido.
¿Qué pasará si no hacemos nada?
En pocos años todas las calles de la mencionada zona habrán sufrido un incremento constante del tráfico con más afectaciones para la salud de las personas y ocupación del espacio público. La resolución del problema será aún más difícil, compleja y traumática.
Por ejemplo, estos días se ha anunciado el proyecto para reabrir el aparcamiento del Portal de Sant Roc, esto no hará más que generar un efecto llamada a aún más vehículos hacia el centro de la ciudad empeorando el escenario actual.
Parece que con este escenario, conceptos como “revolución verde” “movilidad sostenible” ciudad para las personas” tendrán que ser cambiados por, “promoción del transporte privado”, “atascos por todas partes” “aire para no respirar · movilidad insostenible” “Terrassa, ciudad dormitorio”, perdón ahora lo llaman “ciudad pijama” queda más ‘cool’.
El objetivo fundacional del BiTer era defender la movilidad sostenible en bicicleta en nuestra ciudad siguiendo un fenómeno extendido por toda Europa, pero estamos tan lejos de la implementación de nuevos carriles bici conectados y otras medidas sostenibles que nos vemos obligados a posicionarnos ante planteamientos más propios de los años 50 y 60 del siglo pasado que del año 2024.
Es decepcionante ver que ante el diagnóstico de toda la comunidad científica mundial sobre cuáles son los retos y soluciones que se deben aplicar globalmente y localmente, los supuestos líderes de nuestra ciudad, políticos al timón del Ayuntamiento, representantes empresariales, técnicos municipales, medios de comunicación y nosotros mismos, etc., no tengamos la formación o conocimientos o criterio o valentía o la determinación necesaria para convertir Terrassa en la verdadera ciudad europea del siglo XXI que debería ser.
