Desconcierto entre los vecinos de la calle de Faraday por el nuevo «urbanismo táctico». La aparición desde hace unos días de un tramo de pintura que ocupa parte del asfalto ha causado sorpresa entre los residentes de este vial de Can Aurell. Se trata de una gran franja de color verde que tiene por objetivo dar más espacio a los peatones y pacificar el tráfico rodado. Esta actuación se encuentra concentrada especialmente en la isla de la parroquia de la Sagrada Familia y en el entorno de la plaza de San Oleguer.
Forma parte de las medidas que se están llevando a cabo en diferentes puntos del barrio, entre los cuales hay de manera más notable las calles de Arquímedes y Galileo. El proyecto impulsado desde el servicio de Territorio y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Terrassa consiste en una «actuación táctica de adecuación de itinerarios a pie», dando prioridad a los peatones pero también con la idea de conseguir reducir la velocidad de los vehículos que circulan, especialmente en los tramos próximos a cruces, parques, plazas y espacios de ocio infantil.

Los vecinos reclaman «menos tráfico y velocidad»
La aparición de la pintura verde ha sido recibida con estupor por parte de los vecinos. «Iniciamos el curso con novedades a Faraday y la plaza San Oleguer. No sabemos qué beneficios pueden tener estos cambios. Más bien estamos desconcertados», han manifestado desde la plataforma vecinal «A Faraday nos subimos los humos», creada el pasado mas de abril de este año como respuesta al incremento de tráfico que ha sufrido la calle en los últimos tiempos y también como medida de alerta ante la aplicación de la zona de bajas emisiones, según la cual, se temen, intensifique todavía más la circulación.
La plataforma también recuerda en el Ayuntamiento qué tiene que ser el objetivo de estas actuaciones. «Lo que sí sabemos, es lo queremos los vecinos: menos tráfico y velocidad. Esperamos tener buenas noticias y si no, nos pasearemos». Con esta última frase dejan claro que las movilizaciones no se han acabado. Y es que la última vez que pasearon «por una calle, en aquella ocasión fue Nicolau Talló, la cortaron completamente al tráfico durante un buen rato, en una acción coordinada por unos cincuenta vecinos.

Y es que a pesar de que la creación de estas grandes islas verdes buscan que los coches tengan que reducir la velocidad al tener espacios más estrechos -porque se han eliminado carriles de circulación-, no siempre se consigue. Y la sensación de vulnerabilidad de los peatones continúa siendo.
Uno de los motivos que resaltan es que la mayoría de estos tramos no están «protegidos» por pilones -de plástico o de hierro-, y esto hace que muchos coches las pisen e invadan sin preocupaciones en la hora de hacer los giros. Los días van pasante y solo una pequeña zona de la parte norte de Faraday cuenta con los palos. Los vecinos esperan que sea un hecho temporal y que finalmente se pongan en todas partes.
Tampoco ha gustado una de las consecuencias directas que la medida ha tenido: la eliminación de plazas de aparcamiento. Se trata de una zona con bloques de pisos, muchos de los cuales no cuentan con parking privado. Esto hace que muchos vecinos dejen estacionado su vehículo en la calle. Ahora, se han perdido varios lugares.


