Vecinos de Can Palet, decepcionados por el cambio de parecer en la pacificación de Ramón y Cajal. La semana pasada, técnicos del departamento de Movilidad del Ayuntamiento de Terrassa les informaron en una reunión que el proyecto de reorganizar el tráfico en el interior del barrio había quedado descartado. Después de cinco años de trabajo, de reuniones y de llegar a un buen entendimiento por ambas partes (administración y vecinos), parece que el documento ha quedado en el cajón.
Según han manifestado desde la entidad vecinal, el argumento que se les ha dado para echarse atrás ha sido «la oposición de cuatro asociaciones, de las cuales tres ni siquiera son de nuestro barrio. Nos han dicho que se les ha presentado el proyecto y que han votado en contra. Pero nosotros creemos que esto es solo una excusa, una pantalla del gobierno para no querer hacer lo que se pacta, ni siquiera creemos que estas entidades hayan dicho nada sobre esto, y si lo hubieran hecho tampoco entendemos por qué gente de fuera del barrio tiene que decidir cómo debemos organizarnos». Afirman que desde el Ayuntamiento, se les ha dicho que la nueva asociación de comerciantes de Can Palet, la AV Xúquer, y Guadiana y Guadalquivir han mostrado su disconformidad en pacificar Ramón y Cajal.
Expulsar el tránsito de paso fuera del barrio
De hecho, la pacificación no sería para todo el vial entero. Estamos hablando solo de un tramo. En concreto, de una sola manzana: entre las calles Albinyana y Guimerà. Los vecinos veían con muy buenos ojos el plan original pactado con el Ayuntamiento: cambiar la dirección y de esta manera “expulsar” todo el tránsito de paso que utiliza esta calle para atravesar la ciudad de sur a norte hacia la avenida Glòries Catalanes y luego hacia la avenida Barcelona o carretera de Montcada. Dejaría de ser la ruta preferida por Google para dirigirse, por ejemplo, de Parc Vallès a la estación del Norte de Renfe.
La reivindicación histórica del vecindario es que Ramón y Cajal quede reservado solo para los vecinos y los conductores que quieren entrar al barrio, y deje de ser una calle que acumule una cantidad ingente de vehículos que la utilizan como vía rápida. “Ahora que por fin teníamos un plan sobre la mesa y que todos estaban de acuerdo, nos dice el Ayuntamiento que no, que no se hará, que solo se ha cambiado el paso de los autobuses y ya está”, explica Manuel Ávila, presidente de la AV.
Ha sido un jarro de agua fría para los vecinos que no entienden qué ha pasado. “Lo atribuimos al revuelo que tiene el alcalde en los últimos tiempos de quejas por los cambios con la ZBE y la pacificación en otros barrios. Pero aquí, los vecinos estamos de acuerdo en cortar el tránsito, estamos de acuerdo en reducir el volumen de vehículos. También estábamos de acuerdo en hacer un tramo restringido de la calle Colom, entre Albinyana y Guimerà, limitado al tránsito. Pero nada. Ha quedado en nada”, apuntan.
La AV ha pedido una nueva reunión, esta con presencia del representante político del área, para que les expliquen bien la negativa. “Nosotros nunca les hemos dicho cuál era la solución, solo que queríamos menos tránsito en una calle de un solo carril, que no está pensada para absorber todos los vehículos que circulan por ella. Fueron ellos los que estuvieron trabajando el proyecto y que nos lo presentaron. Ahora queremos que nos expliquen por qué se han echado atrás. Y si no quieren hacer este, pues que propongan una alternativa”, sentencia Ávila.
