El Ayuntamiento ha llevado a cabo este mes de julio un tratamiento fitosanitario en varios espacios del municipio para el control de la galeruca del olmo (Xanthogaleruca luteola), un insecto que afecta especialmente a los olmos urbanos. Los trabajos se han centrado en tratamientos puntuales de pulverización en las zonas donde se ha detectado una mayor presencia de este insecto.
Esta semana se han realizado actuaciones en el parque de Vallparadís. No obstante, también se ha trabajado en casi una cincuentena de espacios más durante julio en los barrios de La Maurina, Pla del Bon Aire, Can Boada del Pi, Ca n’Aurell, Can Jofresa, Ca n’Anglada, Cementiri Vell, Grupos de Montserrat, Poble Nou-Zona Esportiva, Sant Llorenç, Segle XX, Sant Pere Nord, Can Petit, Xúquer y la zona de Els Bellots.
Estas acciones forman parte de la estrategia de lucha integrada que aplica el Ayuntamiento de Terrassa para controlar las plagas en el arbolado urbano. Esta se basa en mantener las poblaciones de plagas dentro de umbrales de tolerancia, «combinando técnicas como la lucha biológica, la endoterapia o, solo cuando es necesario, el uso de tratamientos fitosanitarios específicos, selectivos y de baja toxicidad, con el objetivo de reducir al mínimo el impacto sobre la salud de las personas y el medio ambiente», explican desde el Consistorio.
Más de 290 cajas nido para combatir las plagas en Terrassa
En cuanto al control biológico, Terrassa dispone actualmente de 270 cajas nido para aves insectívoras y 22 cajas para rapaces, que favorecen la presencia de especies depredadoras de plagas. «Aves como los carboneros o los ruiseñores, que se alimentan de galeruca, orugas y otras larvas, contribuyen de manera natural a mantener el equilibrio ecológico y reducir la necesidad de tratamientos químicos», destacan desde el Ayuntamiento.
Asimismo, Terrassa también apuesta por otras medidas dentro de la gestión integral de plagas, como la liberación de fauna auxiliar, las siegas diferenciadas de prados y céspedes para favorecer los hábitats de estas especies, y la sustitución progresiva de especies vegetales especialmente vulnerables a plagas, así como el uso preferente de productos naturales o de bajo impacto.
