Terrassa ha dado una segunda vida a más de 700 bicicletas usadas. En concreto, en estos últimos tres años, el Ayuntamiento ha entregado hasta 736 bicicletas a la entidad sin ánimo de lucro Biciclot. Son vehículos de dos ruedas que habían sido depositados, previamente, por parte de los ciudadanos en los puntos limpios municipales, o bien, que se encontraban en el depósito de la Policía Municipal y que el propietario no ha ido a reclamar. Este martes, día 28 de enero, se ha llevado a cabo la última entrega en el punto limpio de Can Casanoves. Ha estado a cargo de la teniente de alcalde de Transición Ecológica Patricia Reche, y se han entregado 79 bicicletas recogidas en los últimos meses.
La cesión a Biciclot de este vehículo es gratuita, y tiene como objetivo ayudar a la entidad a promover el uso de este medio de transporte sostenible. Ubicada en la ciudad de Barcelona, uno de sus programas se basa en la recogida de bicicletas usadas. Estas se reparan y se ponen de nuevo en circulación, haciendo donaciones y devolviéndolas al mercado de segunda mano. De esta manera, se busca «potenciar la economía circular y el consumo responsable, con valores sociales y medioambientales».
Un compromiso con la movilidad sostenible y la economía circular
El Ayuntamiento y Biciclot firmaron un convenio de colaboración en el año 2022, y tomaba el relevo a otros acuerdos que se habían hecho con anterioridad con entidades como Recircula. El acuerdo se fundamenta en el compromiso de la entidad de recoger las bicis abandonadas e informar del reaprovechamiento de los objetos cedidos. Además, de la participación en actividades que se hagan en Terrassa y que estén vinculadas a la movilidad sostenible.
Este pacto se ha materializado en la donación de 736 bicis. En estos años se han hecho catorce donaciones, cada ciertos meses, de aquellos residuos que se van acumulando en los puntos limpios. Y no solo se han donado bicicletas, también todo tipo de complementos asociados (sillines, cestas, ruedas, etcétera). La principal aportación se hizo en 2022, con 248, desde entonces, cada año se ha aportado mínimo 200 bicis. En 2024 se cerró con 206 unidades.
Reche ha querido destacar la importancia de dar una segunda vida a un objeto que todavía puede tener uso. «Es un proyecto muy interesante, ya que da una segunda vida a este residuo municipal para que se convierta en un vehículo de movilidad sostenible, con la voluntad de crear conciencia medioambiental. Al final, debemos tener en cuenta que educar para cuidar del medio ambiente es enseñar a valorar la vida», ha manifestado.


