MónTerrassa
Tecnología de alta gama para rescatar plásticos arrojados a la fracción Resto

Tecnología de última generación para salvar materiales reciclables de las bolsas de la fracción resto. El Centro de Tratamiento de Residuos (CTR) del Vallès Occidental ha completado con éxito el proyecto de modernización de la línea de separación óptica. Desde hace pocos días, esta instalación ubicada en el término municipal de Vacarisses, y que da servicio a diez municipios de nuestra comarca -entre los cuales está Terrassa- ya cuenta con una herramienta innovadora que permitirá incrementar «de manera significativa» la recuperación de plásticos, bricks o envases ligeros que la ciudadanía arroja -con conocimiento o no- al contenedor de «Resto», es decir, al gris.

Son residuos conocidos como «impropios» y que perdían su vida útil -o segunda vida- porque no estaban correctamente reciclados. Ahora, gracias a esta nueva tecnología, que ha sido posible por una subvención de 997.000 euros de la Agencia de Residuos de Catalunya con Fondos Next Generation, la pérdida será mucho menor, y de rebote se mejorará la eficiencia de tratamiento de la fracción resto, con el objetivo de avanzar «hacia una gestión más sostenible de los residuos municipales de la comarca», según apuntan desde el Consorcio para la Gestión de Residuos del Vallès Occidental.

El servicio se ha mantenido activo durante todas las obras

Para implementar esta línea de separación óptica ha sido necesario hacer una «intervención integral», la cual ha incluido un proceso de ingeniería, fabricación, montaje y puesta en marcha. Y se ha hecho mientras se mantenía la actividad diaria del CTR, ya que era necesario garantizar la continuidad del servicio de selección y reciclaje. Esto ha sido posible porque las obras se han llevado a cabo en franjas nocturnas, y con paradas mínimas planificadas.

El proyecto se ha fundamentado en crear una nueva arquitectura de transportadores y estructuras, más eficiente y segura, al mismo tiempo que se ha hecho un «reacondicionamiento» de los equipos ópticos existentes, a los cuales se ha añadido el nuevo separador de última generación. También se ha hecho la integración completa con el sistema SCADA, que permite un control y monitoreo centralizado de toda la línea. Las tres cosas juntas permitirán una mayor recuperación de materiales como el PET, PEAD, BRICK, MIX y PP. Además, la nueva configuración deja la instalación preparada para futuras optimizaciones tecnológicas.

Reciclar mal significa pagar más

La importancia de reducir la fracción resto y de evitar que allí vayan residuos que no corresponden no es solo una cuestión ecológica o de sostenibilidad ambiental. También lo es económica. En el año 2024, el Consorcio de Residuos pasó a hacerse cargo de la gestión del servicio de tratamiento y valorización de los residuos de las fracciones de voluminosos, orgánica y resto de una decena de municipios de la comarca. Terrassa aprobó con los votos favorables de TxT, PSC, ERC y Junts, y los votos en contra de PP y VOX delegar esta función al Consejo Comarcal, quedándose solo la gestión de recogida. Esto supuso un doble recibo y un incremento en la factura que pagaba el ciudadano.

La nueva ley europea de residuos marca que se debe llegar al 55% de recogida selectiva. Y los terrassenses tenemos aún tareas pendientes, ya que nos encontramos rozando el 45%. Desde el gobierno municipal alertan que se debe trabajar más la “corresponsabilización ciudadana”, porque no reciclar bien tiene un coste para el Ayuntamiento de Terrassa y, por tanto, para el bolsillo de todos. En datos de 2024, por cada tonelada de la fracción resto que llegaba al vertedero, se debía pagar 65,3 euros. En el año 2023, Terrassa generó 46.048 toneladas de fracción resto, y por tanto tuvo que pagar 5,5 millones de euros.

De ahí la importancia de la buena selección en origen, por mucho que desde el Centro de Tratamiento se mejore en la recuperación de los plásticos y envases de la fracción resto. Las administraciones hacen el trabajo de optimizar el servicio y hacerlo más eficiente, pero desde los municipios debe haber el compromiso de reducir al máximo la generación de desechos. Y si no se hace, más se pagará.

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