Las torres son repartidores de la conducción de agua con las cuales Mina Pública de Aigües de Terrassa conseguía la presión suficiente para hacer llegar el agua a su destino. Actualmente, esta presión no se necesaria y, aunque alguna de ellas continúan haciendo esta función, su utilización ha ido en desuso.
La más característica es la que está ubicada en la plaza del Dr. Robert, adosada en la Clínica de Remei
La más característica es la que está ubicada en la plaza del Dr. Robert, adosada en la Clínica de Remei. Hay noticias de una torre de aguas en este lugar desde el año 1879. Al construirse la Clínica de Remei, en 1907, según proyecto del arquitecto Lluís Muncunill, esta torre, que quedaba adosada por tres caras en el nuevo edificio, debió de ser sustituida por la nueva del 1919 -de Melcior Vinyals-, adaptándose al proyecto. Su descripción la podemos encontrar al Catálogo de edicicis historicoartístics editado por la Gerencia de Urbanismo «Está construida en forma de minarete. Tiene planta cuadrada y cinco pisos de altura. La construcción es totalmente de obra vista, con verdugades a cada forjado. Ric motlluratge en la cornisa de coronamiento, tejado a cuatro aguas de tejas vidriadas y, finalmente, una cúpula ultrapasada recubierta de escames de cerámica vidriada amarilla. La fachada está decorada con elementos neoàrabs».
Qué nos queda del siglo XIX y de principios del XX
Qué nos queda del siglo XIX y de principios del XX. En Terrassa, entre otros elementos, un patrimonio arquitectónico espectacular, adobado con casas y fábricas del que había sido una gran ciudad industrial, del que se había conocido como La Ciudad del Humo. Pero más allá de estos edificios majestuosos hay unos elementos que pasan bastante desapercibidos por la ciudadanía, tanto local como foránea, y que se conocen como Plomers, a pesar de que también podemos decir Torres de Agua. En Terrassa nos quedan una docena corta, y muchas sufren un serio peligro de desaparecer.
No han sido bastante valoradas, por el que son, por el que aportan al paisaje urbano y por toda la historia que tienen enjarje detrás. Hoy restan semiamagades entre viviendas y solo los ojos expertos saben localizarlas, con las excepciones de las tres que están catalogadas y que se conservan en buen estado. También es cierto que su desaparición va ligada a la pérdida de la funcionalidad original.

