En Terrassa nieva. De vez en cuando, pero ver copos no es una cosa demasiada extraña. Hay varias encaladas históricas de calles, avenidas, bosques, plazas, recintos deportivos y tejados. Y aquí nos hacemos eco de una que quedó grabada para siempre jamás en la retina de los egarenses que vivían en la ciudad de la segunda década del siglo XX. Nos vamos a febrero de 1916, hace 107 años. Concretamente al día 23, una fecha con connotaciones contemporáneas, como es el intento de golpe de estado del teniente coronel Antonio Tejero Molina. Pero volvemos al pasado, a la gran nevada de 1916 en Terrassa y en toda la comarca del Vallès Occidental.
Las cosas no han cambiado tanto en Terrassa cuando hay una nevada
Si la ciudad se tiñó de blanco, los campos de lo que hoy entendemos como Anilla Verde también. En las vías urbanas se llegó a acumular más de un palmo de nieve. Si damos un vistazo a los diarios que se publicaban entonces en la ciudad, veremos que algunas cosas no han cambiado. Los estudiantes se divertían haciendo bolas de nieve, y otras haciendo figuras dignas de los mejores artistas, a pesar de ser obras efímeras. La juventud disfrutaba, e incluso se jugaba a cubrirse bajo una capa blanca. Fueron días de temperaturas bajo cero, que afectaron especialmente los animales de las granjas y los gorriones urbanos, y los campesinos, que vieron como las heladas, de día y por la noche, acababan con buena parte de la cosecha de almendra y otras frutas, en una época donde los árboles ya habían florecido.
Podéis leer aquí la noticia de las nevadas en Terrassa el 1885, el 1887 y el 1889.




