El Grupo de Investigación en Innovación de la Construcción (GRIC) de la Universidad Politécnica de Cataluña – Barcelona Tech (UPC) en Terrassa y el SOSTENIPRA de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) han desarrollado un sistema de ventilación innovador. Se trata del Air quality & Green Infrastructure Living Lab (Airgilab), el primer living lab que regenera el aire de los edificios mediante cultivos agrícolas.
Este jueves, 21 de noviembre, el grupo de investigación GRIC ha presentado en el edificio de la ESEIAAT de Terrassa el proyecto Airgilab. El acto contó con la explicación de Marcel Macarulla, investigador del grupo GRIC, profesor de la ESEIAAT y uno de los promotores de la iniciativa. Asimismo, también asistieron el consejero de Empresa y Trabajo de la Generalitat de Cataluña, Miquel Samper, y el director de la ESEIAAT, Xavier Roca.

Según explicó Macarulla, el proyecto consta de un invernadero de agricultura urbana conectado a una de las aulas del centro, el cual absorbe el CO2 que exhalan los estudiantes y, mediante la fotosíntesis, lo transforma en oxígeno para, después, recircular el aire limpio nuevamente al aula. En este sentido, Marcel Macarulla destaca que este proyecto nació con la voluntad de «democratizar la agricultura urbana» y buscar «cómo esta agricultura urbana se puede integrar en los edificios como una parte activa de estos». Así pues, Airgilab ha permitido crear una sinergia entre el invernadero y el edificio, un sistema que desde la ESEIAAT describen como «pionero». «Hasta ahora teníamos invernaderos sobre edificios, pero un invernadero integrado en un edificio donde comparten el sistema de ventilación y buscan la sinergia entre ellos; nunca se había explotado al 100%», asegura el investigador.
La estructura completa del proyecto consta de dos invernaderos de 15 metros equipados con sensores, vidrios fotovoltaicos y otros equipamientos de recolección de datos, y donde hay plantadas tomateras, lechugas y judías. Además, también se ha habilitado un despacho desde donde se hace el monitoreo de todo el sistema de ventilación y se recogen todos los datos de la calidad del aire y otros factores. Finalmente, está el aula 3.07, conectada con el invernadero y equipada con sistemas de extracción e impulsión para limpiar el aire.

Un primer paso hacia sistemas de ventilación más económicos
La estructura completa de Airgilab consta de dos invernaderos de 15 metros equipados con sensores, vidrios fotovoltaicos y otros equipamientos de recolección de datos, y donde hay plantadas tomateras, lechugas y judías. Además, también se ha habilitado un despacho desde donde se hace el monitoreo de todo el sistema de ventilación y se recogen todos los datos de la calidad del aire y otros factores. Finalmente, está el aula 3.07, conectada con el invernadero y equipada con sistemas de extracción e impulsión para limpiar el aire.
Durante la presentación, Marcel Macarulla reconoció que la idea inicial del proyecto surgió a través de un estudio que hicieron durante la Covid sobre la calidad del aire dentro de los edificios. «Nos dimos cuenta de que la mayoría de edificios requerían sistemas de ventilación, pero implementarlos es muy caro». Ante esta realidad, desde el GRIC comenzaron a trabajar en un sistema de ventilación más viable económicamente, lo que ha resultado en el proyecto Airgilab. «Si podemos implementar sistemas de ventilación y, a la vez, podemos crear un beneficio; con plantaciones agrícolas o alquilar el invernadero, eso hace que el sistema sea más económico», recalca Macarulla.