La primera acción de la campaña ‘T’estimo, Terrassa’ ha generado controversia en las redes sociales. Este sábado, 22 de febrero, un grupo de vecinos voluntarios y operarios de Eco-Equip llevaron a cabo una acción comunitaria de limpieza y recolección de basura en el polideportivo del barrio y sus alrededores. La iniciativa forma parte de un programa de intervención mucho más amplio que busca responder a las principales preocupaciones de los vecinos, consensuadas con la asociación vecinal. No se puede negar que la recolección ha sido un éxito, a juzgar por la gran cantidad de bolsas de basura, mayormente llenas de hojas, que se han recogido y lo limpio que ha quedado todo.
Sin embargo, el debate entre partidarios y detractores de este tipo de actuaciones se ha ido calentando. Entre el grupo que aplaude esta iniciativa, el argumento principal se basa en el «sentido de comunidad», un concepto que hasta no hace muchos años formaba parte del imaginario ciudadano y que se ha ido perdiendo. Va más allá del civismo, es un sentimiento de pertenencia a la calle y al barrio donde vives, que implica cuidar no solo de lo tuyo sino del bien común. De ser responsable del mobiliario urbano, la limpieza y la convivencia. De no conformarse con no «ensuciar» sino de intervenir y colaborar para que se mantenga así. Los partidarios recuerdan que el voluntariado forma parte del ADN de Terrassa, donde hay muchísimas entidades que llevan a cabo proyectos de forma altruista, como también campañas o acciones que a menudo implican que el voluntario se arremangue -como el Let’s Clean Up Europe, por ejemplo-.
Por otro lado, encontramos un grupo bastante numeroso que critica que el Ayuntamiento haya puesto a «trabajar» a los vecinos. Entre los argumentos que esgrimen se encuentra, sobre todo, «el pago de impuestos» que todo ciudadano ya hace para mantener una empresa de limpieza para que lo haga. Algunos lo califican de «explotación capitalista» y otros ponen el grito en el cielo porque consideran que esto lo deberían hacer «las personas que ensucian» y los que cometen actos vandálicos. Algunos tiran de ironía y le dicen al alcalde que si se ponen a limpiar su calle «¿me reducirás un 50% el IBI?» mientras que alguien le da la idea de establecer «turnos rotativos entre comunidades de vecinos para limpiar la calle».
Acciones de intervención directa y sensibilización ciudadana
Como se explicó en el acto de presentación de la campaña en los barrios, esta iniciativa irá mucho más allá de esta recolección. A partir de esta semana, están programadas diversas acciones de limpieza en diferentes puntos del barrio y también se ejecutarán tareas de mantenimiento, como la limpieza de grafitis en fachadas, o la limpieza de diferentes espacios verdes alrededor de las viviendas y de los puntos donde se ha detectado más suciedad.
Y para que el esfuerzo que hacen los voluntarios y los operarios de Eco-Equip no quede en vano, de manera paralela se llevará a cabo una actuación de educación ambiental, donde se informará a los vecinos sobre el reciclaje y gestión de residuos; y se destinarán recursos a una campaña puerta a puerta con informadores medioambientales. “La transformación del barrio no depende solo de las instituciones, sino también de la implicación y la participación activa de las personas que viven allí. Estoy convencida de que este proyecto marcará un antes y un después para Vilardell”, recalcó Melgares.