MónTerrassa
El proyecto de rotonda de la Rambleta tiene una cláusula de reversibilidad

Una obra y una reurbanización que se esperan desde hace años para cambiar la imagen de la entrada principal a Terrassa desde la autopista avanza a trompicones y, en estos momentos, tiene la oposición de los vecinos directamente afectados. En una reunión esta semana con los técnicos del Ayuntamiento, las asociaciones de La Cogullada y Siglo XX manifestaron su oposición al enfoque de la construcción de la rotonda a la altura de la calle Navas de Tolosa aunque en grados diferentes. En estos momentos, se espera sobre todo la autorización de la Agencia Catalana de Residuos para iniciar estas obras que han de durar entre 24 y 30 meses. Pero, según un artículo normativo sobre la rotonda en el Plan de Mejora de la Rambleta del Pare Alegre aprobado en 2019, esta rotonda se podría demoler si se decide un nuevo modelo de regulación del tráfico en el futuro y se dan una serie de circunstancias.

El objetivo de la rotonda, tal como se prevé en este plan y se presentó en el diseño de urbanización del gabinete Darq Arquitectes el año pasado, es convertir la Rambleta en una entrada más compatible con la circulación de peatones, bicicletas y transporte público. Y al mismo tiempo, reducir el tráfico que va hacia la saturada ronda del Doré, en las confluencias de las carreteras de Martorell y Montcada y la Rambla, para que los vehículos que se dirigen hacia el oeste y norte de la ciudad se desvíen hacia la avenida Joaquim de Sagrera y la ronda de Ponent o la avenida Àngel Sallent. En estos momentos, ya se puede hacer esta maniobra pero los coches que entran a la ciudad deben tomar la calle paralela del Tren de Baix para, luego, girar en un semáforo hacia la izquierda. Con la rotonda construida, los mismos carteles incitarían a tomar este itinerario para evitar que los vehículos quieran subir todos, más adelante, por la calle Arquimedes. O cuando este esté en obras de pacificación, por las calles Nicolau Talló o Faraday.

Ante este planteamiento, desde La Cogullada se alerta que habrá una congestión de la calle Navas Tolosa y un cuello de botella en una avenida Joaquim de Sagrera no preparada para absorber más tráfico y proponen como alternativa que Navas de Tolosa sea, al contrario, una calle de salida a la Rambleta y, por tanto, cambie su sentido actual. Por su parte, en el Siglo XX se quejan de que les cambian el sentido de las calles Torras i Bages y Navas de Tolosa y pasan a ser, respectivamente, de salida y de entrada al llegar a la ciudad. Un cambio que les desajusta la actual movilidad de calles alternas y que también les obligará a desplazar la parada de autobuses de las líneas 8 y 9 de la plaza del Siglo XX a la calle Torras i Bages.

El artículo normativo que prevé una demolición durante 10 años

La construcción de esta rotonda está asociada al resto de urbanización de la zona, con la edificación de tres torres de 91 viviendas por parte de Somia Singular Homes que ya están en venta, una residencia de la Fundació Vallparadís MútuaTerrassa, dos zonas comerciales y una zona verde. Pero en el artículo 27 de la normativa del plan de mejora de la Rambleta se incluye la posible demolición de esta rotonda durante un período de diez años. Hubo una modificación del plan en 2022, pero este artículo se mantuvo por voluntad de los servicios de movilidad del Ayuntamiento.

«La rotonda prevista en la confluencia de la Rambleta del Pare Alegre con la calle de las Navas de Tolosa constituye la mejor solución para la ordenación del actual tráfico de vehículos y personas según el planeamiento vigente y las infraestructuras existentes en el entorno inmediato», se lee en este artículo. «No obstante, considerando que esta zona estará sometida a cambios que afectarán de forma sustancial a la movilidad del transporte público y privado, este mismo PMU prevé la futura demolición de esta rotonda con el fin de facilitar la implantación del nuevo modelo de ordenación del tráfico que surja».

La Rambleta del Pare Alegre, en la confluencia con Navas de Tolosa donde está proyectada la rotonda | Google Maps

Por eso, en el artículo se dice a continuación que «los propietarios del PAU 1 (a la espera de un plan de reurbanización específico para el PAU 2, que llega hasta la rotonda del Doré) deberán garantizar el coste de dicha demolición como carga de urbanización mediante su pago a favor del Ayuntamiento». Y esta demolición está prevista en cuatro circunstancias: el desarrollo del Área Residencial Estratégica Pota Sud (un proyecto actualmente abandonado, junto al nuevo Palacio de Justicia de Terrassa); la construcción de la Puerta Sur en conexión con la C-16, C-58 y la ronda orbital de Terrassa (ahora B-40 y futura Ronda Norte); la implantación de una estación de FFCC en la Rambleta del Pare Alegre (por el momento, en suspenso); y la nueva urbanización de la Rambleta del Pare Alegre para convertirla en un eje exclusivo de transporte público. Esta última podría ser la circunstancia más probable, si los objetivos de desvío de tráfico y reducción de la circulación en el centro de Terrassa chocan con los problemas que se generan fundamentalmente en La Cogullada.

En el artículo normativo, se añade que «transcurridos 10 años desde su construcción sin haberse concretado esta demolición, el Ayuntamiento podrá destinar el importe referido a realizar actuaciones de mejora de la urbanización de este sector». La estimación sobre el coste que debían depositar los promotores de la urbanización -que construyen a cambio las zonas verdes públicas- se dejaba abierta hasta el proyecto definitivo presentado el año pasado.

La posición de las asociaciones de vecinos de La Cogullada y Siglo XX

Mientras tanto, la asociación del Siglo XX se conformaría con que se les mantuviera el actual sentido de las calles Torras i Bages y Navas de Tolosa. «El debate sobre estas dos calles se puede cerrar de inmediato, si entienden que no es necesario tocarlas», considera su portavoz y secretario, Salvador Pérez. «No hay ninguna necesidad objetiva para hacerlo», insiste. «Ahora, con La Cogullada, sí se aceptara que debe haber un cambio en la dirección de la calle para que sea de salida como piden sus vecinos, la rotonda no tiene ninguna utilidad», añade Pérez que no descarta, de todas maneras, unir sus esfuerzos de queja con los de sus vecinos del otro lado de la Rambleta.

En su caso, la secretaria de la asociación de La Cogullada, Carlota Gràcia, mantiene de forma clara la alternativa planteada al ayuntamiento. «Solo pedimos una placa que cambie el sentido de la calle Navas de Tolosa, que donde ahora está la gasolinera se ponga una placa de prohibido pasar y los coches no puedan entrar», remarca. «No pueden sacar el tráfico de un lugar y ponerlo en otro como el nuestro, que en estos momentos ya está más contaminado», sigue recordando. Y se hace esta pregunta: «¿Cómo es posible que la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) se amplíe hasta la avenida Àngel Sallent y en la zona más baja de Terrassa que es La Cogullada no nos lo reconozcan?». Gràcia hace referencia a la ampliación de la ZBE en la parte oeste de Ca n’Aurell desde la calle Faraday, que se debe aprobar en el pleno municipal de finales de octubre.

Nou comentari

Comparteix

Icona de pantalla completa