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Crean un mapa sobre las principales vulnerabilidades climáticas en Cataluña

La iniciativa europea Life eCOadapt50, de adaptación al cambio climático en Cataluña, con 25 socios y liderada por el Área de Acción Climática y Transición Energética de la Diputación de Barcelona, ha creado un mapa de vulnerabilidad climática de los 19 territorios que integran el proyecto.

El mapa identifica 21 riesgos climáticos, entre ellos, incendios forestales, pérdida de confort climático, escasez de agua para el consumo turístico, mortalidad de las especies marinas, aumento de decaimiento forestal, inundación o pérdida de playas por erosión y afectación de los temporales. El nivel de riesgo se determina entre un grado bajo, medio y alto, señalado en amarillo, naranja y rojo, respectivamente. Puede consultar el mapa haciendo clic en este enlace.

El diagnóstico, centrado en la división territorial de la ESCACC30 (zona pirenaica, zona interior y zona litoral y prelitoral) y realizado a nivel comarcal, tiene como objetivo «disponer de un análisis previo de los impactos del cambio climático y de la vulnerabilidad sectorial y territorial para identificar los principales riesgos y, en consecuencia, poder priorizar las acciones de adaptación al cambio climático que se deben desplegar para ser menos vulnerables», explican desde la Diputación de Barcelona.

Los incendios forestales y las inundaciones entre los principales riesgos en el Vallès Occidental

Este mapa interactivo de Life eCOadapt50 nos permite detectar cuáles son los principales riesgos climáticos en el Vallès Occidental. En este sentido, aunque en nuestra comarca no hay ningún riesgo de nivel alto (marcado en rojo), sí encontramos varios riesgos de grado medio (marcado en naranja) y de grado bajo (marcado en amarillo).

Así pues, entre los principales riesgos medios en el Vallès destacan los incendios forestales y las inundaciones, ambos marcados como vulnerabilidades de nivel medio. En este mismo nivel de riesgo también encontramos los cambios en la distribución de especies agrarias, la pérdida de confort climático, la reducción de los caudales de los ríos o el riesgo de salinización de los acuíferos. En cambio, en nivel de riesgo bajo encontramos la escasez de agua para el consumo turístico, el aumento de la erosión del suelo, el aumento del decaimiento forestal o los cambios en la distribución de especies forestales.

El trabajo, que se ha elaborado desde la Oficina Catalana del Cambio Climático de la Generalitat de Catalunya en colaboración con el Institut Cerdà, se ha presentado en los diversos living labs, unos espacios de participación que involucran administraciones públicas, sectores económicos, entidades y ciudadanía para definir las estrategias y acciones a seguir para aumentar la resiliencia local. Los encuentros han contado con más de 400 participantes.

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