Desde que el 22 de enero finalizó la concesión del restaurante del monasterio de Sant Llorenç del Munty – declarado Bien Cultural de Interés Nacional – la Gerencia de Servicios de Espacios Naturales de la Diputación de Barcelona ha hecho varias acciones «con el objetivo de rehabilitar el conjunto monumental para ofrecer un punto de cobijo y acogida del visitante con servicios de orientación, información y guia de los valores naturales, culturales y territoriales». Aun así, la polémica por el cierre del servicio de comedor todavía se arrastra y hay críticas de excursionistas porque consideran que se ha perdido oferta.
En marzo se repararon las carpinterías del espacio de la exposición a fin de asegurar la funcionalidad, la estanqueïtat, la durabilidad y la seguridad de los espacios que conforman la equipación. Así mismo, se clausuraron los lavabos por deficiencias en el sistema de depuración.
Desde la primera intervención, se ha seguido trabajando con «el objetivo adecuar los espacios para iniciar una nueva actividad abierta al público, pero con el objetivo de convertir el activo en un ejemplo de sostenibilidad e integración con el espacio natural», informa la Diputación. «Por eso hay que desarrollar varias medidas correctoras, orientadas a la mejora de las condiciones de protección en caso de incendio tanto para las personas como para el edificio, así como a fomentar un espacio libre de residuos y con todas sus fuentes de producción de energías renovables».
Históricamente, la Mola, además, es un punto de vigía de referencia para el control de columnas de humo, puesto que es el punto más elevado de la zona del Vallès Occidental. El ADF Matadepera dispone ahora de baterías nuevas para la estación de comunicaciones para la prevención de incendios forestales.
Proyecto de ordenación del entorno
Desde la Diputación, se trabaja en el proyecto de ordenación del entorno de la Mola, consistente en el análisis del entorno natural desde el punto de vista paisajístico, funcional, urbanístico, histórico y medioambiental, que detectará las necesidades y demandas a nivel de infraestructuras, servicios, comunicaciones y movilidad y definirá los escenarios de intervención para su mejora, y preverá la viabilidad en un entorno natural protegido. Actualmente se encuentra en fase de redacción.
También se está diseñando un nuevo sistema de depuración de aguas residuales y de abastecimiento de agua, así como se está trabajando en la retirada de los actuales grupos electrógenos, en la sectorización de espacios y la adecuación de las instalaciones eléctricas y de iluminación, en el mantenimiento general de todas las instalaciones existentes en el complejo y en la limpieza del espacio.
Dada la situación de la cumbre de la Mola, a unos 1.103 m de altura, el acceso a la equipación se hace únicamente a pie a través de un camino de montaña con desnivel positivo que se recorre en 45 minutos, a pesar de que hay mil y una variantes. Por lo tanto, para poder llevar a cabo cada una de estas actuaciones, se hace necesario el apoyo del transporte de la carga por medios aéreos, remacha la Diputación. En total, este 2024 se están invirtiendo un total de 39.657,81 € en servicios y 33.754,37 € en la redacción de proyectos técnicos y de ordenación.
La afluencia estimada de visitantes a la Mola ha bajado un 10,5% entre enero y mayo de 2024 respecto al mismo periodo del año anterior, según los datos obtenidos de los dos ecocomptadores automáticos de personas situados al acceso sur, en Matadepera, y al acceso norte, en el cuello d’Estenalles. «Además, la ausencia de las mulas a la cumbre y los últimos episodios de lluvia han propiciado que la era de la cumbre, punto de pasto habitual de los animales de carga, hayan podido recuperar el ritmo natural de crecimiento y ahora, gracias a las últimas lluvias, se puede contemplar una vegetación de prados verdes y flores en el entorno del conjunto monumental.» Precisamente, el argumento por el cierre definitivo del restaurante era rebajar la presión sobre la cumbre y disminuir el número de personas que llegan.