Seis de las mulas de La Mola ya tienen casa nueva, ha explicado Gemma Gimferrer, que fue la administradora del restaurante hasta que el mes de febrero se acabó la concesión y la Diputación no prorrogó el contrato. Una de las preguntas que se hacía todo el mundo es que pasaría con los animales que día sí y día también subían la comida, la bebida y materiales y que bajaban la basura. Ahora solo se ve una cercando por la cumbre más alta del Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac. Y muchos excursionistas están preocupados por su futuro
Seis ya están colocados en granjas y centros de animales, tres en Cabrera, dos en Sabadell y una en La Garrotxa, remacha Gemma Gimferrer a preguntas de Món Terrassa.
Un lugar para dejar el Trabuc, que nació a La Mola
Los que durante 57 años fueron los responsables del restaurante explican en un hilo abierto en Facebook que están buscando un lugar para el Trabuc, quizás el más conocido de todos. «También nos cuesta mucho a nosotros desprendernos de ellos, son muchos años trabajando juntos. El Trabuc está triste, y tanto que lo está, pero nadie quiere un macho, por eso es complicado. Pero continuamos intentándolo. Aun así, él era el macho de la mandada, y ahora, se ha quedado sin ella. Y está muy muy triste y buscándolos en todos. Esperamos encontrar un buen lugar. Todavía ni sabemos si lo podremos subir al camión. Él nació en La Mola, y nunca, nunca, ha sido enfermo como para bajarlo en el hospital. Ya veremos.»
Lo que es cierto es que ahora el monasterio, sin el servicio de restaurante y sin las mulas es otra cosa y, en general, se echa de menos y se critica que el edificio se abre pocas horas y que empieza a verse abandono. Aun así, la Diputación ha subido material pesado necesario para poder realizar las actuaciones de rehabilitación previstas a algunos espacios del Monasterio.

