La transformación del Vapor Cortés comienza a andar. Esta gran parcela ubicada en la zona norte de Ca n’Aurell se prepara para volver a vivir una revolución con más zona verde, muchas más viviendas y la aparición de dos nuevos equipamientos. Esta semana, se ha dado el visto bueno definitivo al proyecto de mejora del ámbito, y a partir de ahora se inicia la cuenta atrás «de la transformación de un espacio que ha sido testigo del pasado industrial y que se reinventa para dar un futuro al barrio y a la ciudad lleno de nuevas oportunidades», ha manifestado el alcalde Jordi Ballart, en el acto de presentación.
Han sido 20 años de espera para un proyecto que nació en 2004 y que no ha visto la luz hasta ahora. La urbanización afectará una parcela que queda delimitada por el paseo 22 de Julio, y las calles Josep Trueta, Pare Llaurador y Pi Margall. Estamos hablando de un área que ya ha sufrido cambios en los últimos años, gracias a la aparición del Vapor de Prodis. Ahora, a su entorno se añadirán dos nuevos equipamientos -aún por determinar qué uso tendrán-, una zona verde más al sur y hasta 800 viviendas repartidas por toda la parcela que se irán entrelazando con pasajes y nuevas calles.
Se busca que Ca n’Aurell tenga una nueva centralidad, como ocurrirá con la AEG Egara o como está ocurriendo en la rehabilitación del sector Sala i Badrinas. Al mismo tiempo, se apuesta por «recuperar un trozo de la historia, un espacio cargado de identidad y simbolismo», como ha pasado también con el Vapor Albinyana y como será el Vapor Ros.
Como ha avanzado el gerente de la Junta de Compensación del ámbito del Vapor Cortés, Mario Blasco, se trabaja con un calendario que supondría en 2025 hacer la licitación de la dirección de los trabajos de obra y licitar la misma obra -constructora, y con la idea de que en 2026 ya puedan entrar las máquinas a trabajar. Desde el gobierno municipal apuntan que el plazo de ejecución una vez se inicien las obras será de 4 años, aproximadamente.

Aparición de 800 viviendas: así serán
Esta transformación será posible gracias a la colaboración público-privada. Y es que además del Ayuntamiento de Terrassa e Incasòl, también intervienen varios promotores privados como Nortia, Terba, Sareb, Culmia, Aliseda o Plagoz. Todos ellos han tenido que ponerse de acuerdo para definir este espacio a lo largo de estos 20 años. Ahora, deberán volver a ponerse de acuerdo para establecer el calendario de obras y de prioridades.
A grandes rasgos, el proyecto destaca por tres elementos: el primero corresponde a las viviendas, que ocuparán un 70% del suelo. Hay la previsión de construir 800, de las cuales 160 corresponderán a protección oficial, en régimen de alquiler. Este espacio es actualmente una gran zona de aparcamiento y el área de libre circulación de perros. Ballart ya ha manifestado que se están buscando proyectos alternativos para reubicarlo, para que los dos colectivos -conductores y propietarios de animales- no resulten perjudicados.
Su diseño será con una tipología similar a los ya existentes en el entorno, con una media de altura de PB+3, y con pasajes de uso público que los interconecten entre ellos. Será un «nuevo eje peatonal» que conectará desde la Rambla, al Parque de Sant Jordi y hasta el paseo 22 de Julio. «Será un buen ejemplo del nuevo urbanismo de regeneración urbana que se está haciendo actualmente, con el cual transformamos la ciudad sin tener que crecer hacia el exterior», ha subrayado el socio director de Urbanismo de GMG Plans y proyectos, Joan Badia.

Nuevas plazas y equipamientos
El segundo y el tercer elemento se encuentran enmarcados dentro del 30% restante de suelo. Aquí encontramos los dos equipamientos municipales, que serán dos naves rehabilitadas de 20 mil metros cuadrados, y los cuales Ballart ha manifestado que aún no se ha decidido a qué se dedicarán, aunque ha avisado que «se deberán tomar decisiones a principios del próximo año». En el proyecto inicial se apuntaba que uno de ellos acogería el área de Servicios Sociales, pero aún está por decidir. El otro, podría destinarse a usos culturales, sociales o, incluso, universitarios. Estos dos equipamientos se ha decidido ubicarlos delante y detrás del actual Vapor de Prodis, para crear una continuidad.
Por otro lado, se ha avanzado que habrá una reforma total de la plaza de Miquel Utgés y que se ganará una zona verde al sur del sector con la plaza Zamenhof. «Se conectará el tejido urbano existente en el entorno y se abrirán nuevos espacios libres. Logramos más permeabilidad», ha subrayado Badia. También se ha manifestado que la chimenea se conservará y quedará integrada dentro de la zona de los dos nuevos equipamientos.


