El proyecto para rehabilitar el emblemático Cafè Colom de Terrassa y convertirlo en un edificio residencial y comercial aún no arranca y se retrasará, como mínimo, un año más, revelan desde la consultora inmobiliaria Laborde Marcet, asesores de la operación comercial.
«Se nos ha complicado porque han incorporado el edificio que da a la calle Cremat como bien protegido con un proyecto que no está desarrollado y, por tanto, nos obligan a desarrollar un plan especial de protección, lo cual retrasa aún más la licencia», ha explicado el socio de la consultora Gerard Marcet.
El Cafè Colom, conocido popularmente así porque fue inaugurado en 1893 como café y casino, está conformado por dos fincas registrales, situadas en plaza Vella y en la calle Cremat. La primera ya tiene el permiso en regla y comenzará las obras muy pronto, pero la segunda necesita nuevos moldes en el techo de la planta baja, que están calcinados actualmente.
El propietario ha solicitado situar las entradas a las viviendas en la plaza de la Torre del Palau, para no perder espacio comercial, y reducir la fachada para que quede más separada de la torre. «Pedimos las licencias de obras hace un año y medio. Hace muy poco nos han dado la de plaza Vella y ahora estamos pendientes y dicen que quizás tardará un año más la de Cremat, lo cual encuentro exagerado y muy negativo para un promotor», lamenta Marcet.
Tres millones de euros en la rehabilitación del Cafè Colom
Se prevé invertir cerca de 3 millones de euros para la rehabilitación y construcción de este espacio, que contará con viviendas de alto standing en los pisos superiores y dos locales comerciales en los bajos, donde históricamente se encontraba la Ferretería Puigmartí.
«No diría que las viviendas serán de lujo, pero sí queremos hacerlas bien, que sean de gama alta y que sean bonitas. Es un privilegio poder tener elementos como el balcón que da a la plaza Vella y es muy bonito», detalla el socio de la consultora. Las viviendas serán de entre 95 y 105 metros cuadrados y constarán de 3 habitaciones, excepto uno de los áticos, que tendrá dimensiones menores.
La fachada del edificio, catalogado como Bien Cultural de Interés Local, preservará todos los elementos que caracterizan al histórico Cafè Colom. La finca aún conserva gran parte de los elementos originales del edificio, entre los que destacan las esbeltas columnas, los moldes y los elementos de hierro forjado. Tal como señalan sus nuevos propietarios, hay una intención de «recuperar el esplendor que caracterizó al Cafè Colom y cuidar tanto la fachada novecentista como su interior».
El Cafè Colom ha sido durante más de un siglo un lugar de encuentro para los vecinos de la ciudad. «La plaza Vella no se puede entender sin este edificio, pero en los últimos años presentaba evidentes síntomas de decadencia», menciona Gerard Marcet, quien sentencia: «Los egarenses podrán volver a disfrutar de uno de los edificios más emblemáticos».

