MónTerrassa
La noche del 23 al 24F de 1944 el pantano de la Xoriguera se derrumbó

Este mes de febrero se cumplen 81 años del derrumbe del Pantano de la Xuriguera (o Xoriguera, o Lago Gran, o Llac Gran), un lugar de recreo, de pesca, de paseo, de ocio y de colonias de los más pequeños, que ofrecía incluso paseos en pequeñas barcas. Además de su función original, almacenamiento de agua. La noche del 23 al 24 de febrero de 1944, debido a unos fuertes temporales, la pared cedió y liberó casi un millón de metros cúbicos, con ocho víctimas y daños irreparables en la agricultura. Aún hoy, 2025, se pueden encontrar restos de los muros en la riera de Gaià aguas abajo, hasta la zona de la estación de Sant Miquel de Gonteres. Y en uno de los caminos que pasa por encima de la masía de Can Guitard quedan pequeñas muestras de la pared del pantano.

Las deficiencias en la construcción y la precariedad de los materiales

Las deficiencias en la construcción y la precariedad de los materiales ya fueron detectadas por el arquitecto Lluís Muncunill, quien advirtió del peligro de derrumbe. Desde un principio aparecieron filtraciones en la pared, y en abril de 1902 ya se revocó una franja de dos metros de altura.

A finales del siglo XIX, el 31 de octubre de 1898, hay un evento crucial para Terrassa: comienzan las obras de construcción del pantano de la Xuriguera, con capacidad para 1.200.000 m³ de agua, que se terminan en 1902. El «Lago Gran», en la riera de Gaià (carretera de Rellinars, kilómetro 4,5) solucionaba las carencias de una ciudad sedienta, de unas empresas que por la falta de agua se dirigían a las vías fluviales de los ríos Llobregat y Ripoll. Una de las grandes fuentes de abastecimiento eran el Caus, la surgencia intermitente más famosa de la comarca.

El pantano, diseñado por el arquitecto Joan Baptista Feu, se alzaba 40 metros. Los cinco metros de ancho de la parte superior permitían el paso de pequeños carruajes.

La conducción del agua a la ciudad se hacía mediante un tubo que empalmaba con la mina Matalonga, en ca n’Amat, desde donde el agua llegaba a la estación receptora del Pla de l’Ametllera, en el Torrent d’en Pere Parres.

El pantà de la Xoriguera
El pantano de la Xoriguera | Fons Ragón-Amat

La llegada hasta Terrassa de las aguas del río Llobregat se logró el 3 de julio de 1943, después de nueve años de trabajos y esfuerzos, del Ayuntamiento y del Instituto Industrial. Desde entonces, con esta conducción, la ciudad quedó liberada de la pesadilla de la falta de agua.

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