El alcalde Jordi Ballart denuncia que recibe un acoso constante en las redes sociales. Para hacerlo patente, ha publicado unas notas en Twitter y en Facebook donde lo explica y dónde añade una captura con publicaciones donde lo insultan y dónde «sueltan mentiras». Afirma que lo puede aceptar casi todo, salvo que los mensajes afecten directamente su familia y sus hijos.
«Asumo que no puedo gustar a todo el mundo y tendré que explicar más y mejor aquello que creo que es importante. Quizás de otro modo para que realmente quede el mensaje. Asumo que siendo un cargo público estoy expuesto a que me digan muchas cosas y que no siempre me tengan que gustar. Ahora bien, no quiero asumir que la libertad de expresión que dicen algunos y algunas se convierta en ataques e insultos, en rumores malintencionados y humillaciones, ni mucho menos, al meterse con mi persona o con mi orientación sexual. La libertad de expresión no es esto. Puedo esperar malos comentarios sobre esta publicación, desde víctima a que va con el cargo. Ningún problema, seguiré haciendo con plena conciencia. Eso sí, un único límite: mi familia».

Niega que tenga un séquito de trabajadores que le lleven las redes
Ballart comenta algunas de las afirmaciones que se hacen en las redes sociales, como que tiene un séquito de trabajadoras que le llevan Twitter y Facebook, lo cual, afirma, «es mentira».
También rebate las críticas para dedicarse a visitar tiendas. Unas palabras que llegan desde las redes pero también de los grupos de la oposición. «Hay quien no entiende el significado de este trabajo y se queda con las fotos de las tiendas y las utiliza para ridiculizar e insultar constantemente. Hay quién lo hace, ridiculizar e insultar, de forma constante y habitual para hacerme saber que están muy mucho en desacuerdo con mi trabajo, que tendría que dimitir y desaparecer de la ciudad. Y hay quién, simplemente, es maleducada y me dicen de todo por, simplemente, no responderles un mensaje o una colección de audios en un margen máximo de una hora de tiempo.»
Ballart dice que decidió que la mejor forma de hacer de alcalde era haciéndolo conectado en el siglo XXI, y remacha que entendió que había nuevos medios para comunicar y «usando las redes sociales como herramienta de transparencia». Remarca que siempre ha tenido claro que las tenía que llevar él mismo. «Y esto lo hago y me supone restar mucho de tiempo en familia y de descanso.» Y destaca que cada día dedica horas fuera de la jornada laboral a colgar una parte del que ha hecho durante el día, detectar y recoger mensajes «y dar respuestas».


