El Anillo Verde de Terrassa y el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac estarán cerrados al paso ante la previsión de que se incrementen las batidas de jabalíes. El consejero de Agricultura, Òscar Ordeig, ha anunciado el cierre perimetral completo del radio de 4 a 6 kilómetros alrededor del punto cero para «intensificar las capturas y sacrificios» y así poder delimitar «una zona de seguridad» para evitar nuevos contagios de la peste porcina africana (PPA). En este sentido, el Gobierno tiene como objetivo «reducir la población de jabalíes a la mitad», y no se dudará en «intensificar las capturas» en los espacios donde haya una densidad más elevada. Se calcula que en el país hay una media de 6,3 jabalíes por kilómetro cuadrado, pero en Collserola y el Parque Natural de Sant Llorenç esta cifra es superior.
En declaraciones recogidas por la Agencia Catalana de Noticias, el Gobierno afirma que se ha tomado la decisión de colocar «vallas y otras barreras físicas» para impedir el paso de los animales. Hasta este viernes por la mañana, se decía que la enfermedad continuaba contenida con los 13 casos positivos, pero este mediodía, Ordeig ha confirmado que se deben sumar tres casos más, elevando la cifra a 16. Eso sí, todos se han encontrado dentro de la misma zona. Se pide «tiempo, paciencia y prudencia», para estudiar el posible origen del brote y su total erradicación.
La prioridad sigue siendo que la peste porcina no utilice el corredor verde de Cerdanyola para llegar hasta el Parque Natural de Sant Llorenç, donde la intervención sería mucho más complicada. Por eso, la semana pasada ya se activó la prohibición de todas las actividades en el Anillo Verde, junto con el cierre del Centro de Interpretación Ambiental de Bonvilar, la clausura de las zonas de picnic, y de cualquier actividad de ocio o trabajos forestales. Y también un incremento de la vigilancia en los accesos a Can Robert y en la zona de aparcamientos de la carretera de Talamanca.

Los ecologistas alertan de los riesgos de la caza intensiva
El incremento de las batidas no ha sido bien recibido por Ecologistas en Acción, que en un comunicado recuerdan que a pesar de que cada año se abaten animales, «la población sigue creciendo. Esta no es la vía para limitar los jabalíes hasta niveles sostenibles». Consideran que la táctica escogida por el Gobierno «es solo cruel y desproporcionada» y provocará un efecto perverso, ya que «la depredación causa una respuesta biológica de los jabalíes, acelerando la entrada en celo de las hembras jóvenes y el incremento del número de jabatos por camada». Además, les preocupa que estas cacerías incrementen la dispersión de los animales, «con el peligro de que se generen más accidentes de tráfico y más riesgo para la vida de las personas por la presencia de armas en los bosques».
Para la entidad, la salida a la crisis de la peste porcina africana pasa por «recuperar los equilibrios ecológicos, acelerando el plan de recuperación del lobo y las medidas de apoyo y protección a la ganadería extensiva y retornando al mosaico agroforestal, y un plan para reducir drásticamente la ganadería industrial».

