Los hermanos Carles y Miquel Pompidor, empresarios de la restauración de Prats de Molló, regentaban la Fonda Peninsular en el arrabal de Montserrat. Como que se decía que querían trasladar el negocio a Barcelona, en 1887 el industrial Pasqual Sala se reunió con Miquel Pompidor para convencerlo de ampliar el negocio de Terrassa, puesto que la ciudad disponía de un buen número de fábricas y talleres que hacían que vinieran muchos viajeros de .
Pasqual Sala ofreció a Pompidor un solar que tenía en lo alto de la calle de Sant Pere
Pasqual Sala ofreció a Pompidor un solar que tenía en lo alto de la calle de Sant Pere, haciendo esquina con la calle del Teatre, al lado mismo de donde se estaba acabando de construir el nuevo Casino de los Artesanos o Círcol Egarenc, con la posibilidad de hacer grandes banquetes para medio millar de personas en el Salón de los Espejos del casino vecino. De este modo, en 1887, Miquel Pompidor inauguró el Gran Hotel Peninsular, con todo lujo de comodidades y servicios y un restaurante de llamada llevado por el mismo Miquel como chef. El encargado de la reforma que se llevó a cabo en 1903 fue el arquitecto más prestigioso de la ciudad, Lluís Muncunill, con el objetivo de rehabilitarlo en un edificio modernista. En los bajos del hotel se instaló un American Bar.
El edificio consta de planta baja y tres pisos con doble portal
El edificio consta de planta baja y tres pisos con doble portal, balconada de hierro en el primer piso y balcones individuales a los otros. Fue un popular hotel en que se alojaron viajantes textil, pero también la sede de celebraciones sociales y políticas. El más interesante de la decoración interior es la cúpula lluernari octogonal de vitrales plomados, situada sobre el antiguo comedor, obra de la empresa barcelonesa Rigalt-Granell. El Hotel Peninsular es conocido popularmente como Hotel Pompidor.
Su ubicación era al final de calle Sant Pere hoy el ocupa en buena parte Amigos de las Artes.
