Todo empieza como acostumbra a empezar todo. El año 1967, Josep Boix, urbanista y cronista tuvo una pensada: que él y el entrevistador José Manuel Salillas hicieran un artículo semanal sobre una personalidad terrasense que hubiera destacado por su dedicación en la ciudad de manera totalmente altruïsta. La propuesta no quería ir más allá. Boix quería reconocer a las personas que día a día hacían la ciudad grande con sus aportaciones sin recibir nada a cambio y de manera anónima. Su idea coincidió con el tiempo con una de semblante del entonces Centro Social Católico, pero seguramente con más ambición. La iniciativa del urbanista y de los rectores de la entidad se pulió y se desarrolló hasta plasmarse en los Terrassencs de l’Any.
El 1969, el Centro Social Católico instituyó oficialmente el galardón del Terrassenc de l’Any, que distingue aquellos terrasenses que han logrado un alto grado de servicio en la ciudad o una trayectoria personal indiscutible en el terreno de las artes, la cultura, la acción social o el deporte. Y hasta hoy ha llovido mucho, y no es una metáfora, como me podido comprobar los últimos días, pero el premio es todo un referente y un honor de los más grandes que se pueden recibir en la capital del Vallès Occidental. Personas sencillas, únicas, tienen un reconocimiento ciudadano, de forma que su tarea nunca se olvidará.
Había que hacer las cosas muy hechas, y se va decicir que se tenía que crera un jurado serioso, diverso, con representantes del Social, de las entidades y de los medios de comunicación locales. Un modelo que ha permanecido invariable, con la coletilla de regidores del Ayuntamiento y de algunos de los premiados.
El primer jurado calificador estaba formado por Josep Rius, presidente del CSC, Jeroni Font, Josep Massagué, Carles Puig, Joan Antoni Pujals, Josep Manuel Salillas, Ramon Trenchs y Ramon M. Wennberg.
Todas las entidades están invitadas a participar
El Social invita anualmente las entidades terrasenses a proponer candidatos, de los cuales el jurado selecciona los que tienen que ser galardonados. También se fomenta una participación de representantes de las entidades e instituciones mencionadas al Jurado con el fin de renovarlo.
El acto solemne de entrega de los galardones hasta el año 1983 se celebraba al CSC. A partir del año siguiente, en el Centro Cultural de la Caixa de Terrassa, y últimamente, al Teatro Principal. Al escenario se disponen tres mesas; la central es reservada a las autoridades y las laterales para los galardonados y el jurado. El año 1978 coincidiendo con el centenario de la entidad y el décimo cumpleaños de la proclamación del primero «Terrassenc de l’Any» se editó un opúsculo con un resumen biográfico de cada galardonado.
El año 1989, celebrando el vigésimo cumpleaños, se presentó un segundo libro, con la glosa de cada galardonado a lo largo de la historia. También en este acto Carles Puig recibió la Insignia de Oro del Centro Social Católico en reconocimiento a su tarea por la elaboración de las glosas de los homenajeados y su aportación a la consolidación del certamen.
Y acabamos con unas palabras de Josep Boix: «“Existen muchos actos en el quehacer cotidiano de una ciudad, que nacen y mueren digamos rápidamente… Otras de estos afanes e iniciativas atenyen una envergadura más grande gracias, en ocasiones, a una serie de factores imprevistos que, muy conjugados, posibilitan que aquella modesta intención inicial consiga una indudable trascendencia en la vida cívica de Terrassa”.