El Govern ha comprado 77 pisos en Terrassa provenientes del fondo buitre del BBVA. Es la mayor cantidad de inmuebles adquiridos por derecho de tanteo y retracto por parte de la Generalitat en todo el país, superando a Barcelona, con 66. Son viviendas que pertenecían a Divarian, empresa gestionada por el fondo estadounidense Cerberus, el cual se ha quedado con los activos tóxicos del BBVA. Se trata de uno de los mayores tenedores, con fuerte presencia en Terrassa, propietarios de pisos que han sido ‘recuperados’ después de un desahucio.
“En la totalidad de estas viviendas viven familias que habían perdido inicialmente el piso por ejecuciones hipotecarias y que ahora vivían allí de alquiler, amparadas por el programa Reallotgem de la Agència de l’Habitatge de Catalunya”, explicó la consejera de Territorio y Vivienda, Sílvia Paneque, en el acto de presentación de las nuevas adquisiciones. Mediante este programa, la Agencia paga el alquiler directamente al propietario y luego los inquilinos pagan a la Agencia una renta mensual que se calcula en función de sus ingresos.
Una compra por valor de 72 millones de euros
Según explicó la consejera, la Agencia destina cerca de seis millones de euros anuales a pagar los alquileres del programa Reallotgem. Sin embargo, esto no blindaba la posibilidad de que el gran tenedor decidiera no renovar el contrato a las familias vulnerables. Ahora, con la compra, estos pisos se incorporarán al parque público de alquiler asequible. En total, en toda Cataluña se han adquirido 743 pisos por un valor total de 72 millones de euros. De esta manera, el Govern adquiere la mitad de los pisos que actualmente forman parte del programa Reallotgem.

Paneque aseguró que con esta operación, la más grande hecha hasta ahora por parte del organismo público, se consiguen tres objetivos: «Incrementamos el parque público de vivienda de alquiler, protegemos a los arrendatarios y conseguimos un ahorro por parte de la Agència d’Habitatge de Catalunya, que podremos redistribuir para otras políticas».
Otro elemento positivo de la compra de los 743 pisos que destacó la consejera es que “se encuentran situados en casi un centenar de municipios de toda Cataluña”. Con su compra en bloque “impactamos no solo en zonas de alta densidad sino en todo” el territorio.

