El convento de las Hermanas Josefines, también conocido como la Casa del Enfermo, es un edificio del municipio de Terrassa, situado en el barrio de la Cogullada, protegido como bien cultural de interés local. Quizás una de las cosas que más pueden sorprender a los visitantes o turistas es que dentro de este equipamiento, que ocupa toda una manzana (Concili Egarenc, donde está la entrada principal, Pintor Fortuny y Pintor Torres; y patio tapiado en la parte trasera, que da a la calle de Lavoisier) se esconde un refugio antiaéreo. Construido durante la Guerra Civil española, el sótano del convento se utilizó entonces para dar refugio a los residentes y vecinos en los peores momentos.
En cuanto a la arquitectura, cabe decir que el convento tiene forma de «L», cerrando el cuerpo rectangular de la iglesia en el ala más larga. Todas las aberturas están agrupadas de dos en dos, formando un arco apuntado. La verticalidad marcada por las ventanas contrasta con la horizontalidad de la cornisa y la imposta. Dentro de la iglesia destaca una sucesión de arcos parabólicos sobre los que descansan bóvedas de revoltón de clara influencia gaudiniana. Además, hay pinturas de época posterior en los muros interiores.
Obra del arquitecto Lluís Muncunill
Destacar que tanto el convento como la capilla, situada en la esquina de las calles del Concili Egarenc y del Pintor Fortuny, son obra del arquitecto Lluís Muncunill. Y como apunte histórico, decir que también se conoce como la Casa del Enfermo porque la actividad de las Hermanas Josefines de Girona, instaladas en Terrassa en 1878, era el cuidado de enfermos. El edificio del convento fue financiado por suscripción pública y por las donaciones del industrial Alfons Sala i Argemí; se comenzó en 1900 y se inauguró en 1901. La capilla es una obra posterior, de 1906.
En la iglesia, Muncunill utilizó como elemento estructural la catenaria, en una sucesión de arcos parabólicos sobre los que descansan bóvedas de revoltón, de claras influencias gaudinianas. La nave termina con un ábside poligonal en el exterior. Las ventanas y la puerta forman unos grandes arcos equilibrados de obra vista, con una arquivolta lisa. En el interior, los muros están recubiertos de pinturas de época posterior.
