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Unas 200 personas en lista de espera en Terrassa para aprender catalán

Terrassa tiene 200 personas en lista de espera para hacer un curso presencial de catalán del Consorci per la Normalització Lingüística (CPNL). Este es el dato actualizado de la falta de plazas que sufre nuestra ciudad para aquellas personas que quieren aprender el idioma. Se trata de una cifra inédita, que responde al notable incremento de solicitudes recibidas desde 2019 mientras que el número de plazas ofrecidas se ha ampliado en un % muy reducido. Así, de las 14 personas que se encontraban en lista de espera hace cinco años, se ha pasado a la cifra actual de dos centenas. En Terrassa, se ofrecen un total de 92 cursos presenciales, con 2.078 plazas.

La situación que vive Terrassa no es nada extraordinaria, si la comparamos con otras grandes ciudades. Según datos que recoge la Agència Catalana de Notícies, el crecimiento de las listas de espera es desigual, pero muy significativo en muchos municipios donde se pueden hacer cursos del CPNL. Barcelona es, de lejos, la ciudad con más personas en lista de espera para cursos presenciales en 2024, con 3.641, más del doble que hace diez años (+147%). Manresa (371 personas en lista de espera), Tortosa (188), Igualada (121), Vic (112), Figueres (181), Sabadell (223), Girona (145) o Santa Coloma de Gramenet (272), son las localidades más afectadas por este desequilibrio entre oferta y demanda.

La mayoría de los aspirantes sin plaza esperan un curso básico

El conseller de Política Lingüística, Francesc Xavier Vila, admite en declaraciones a ACN, que la oferta del CPNL no ha sido suficiente ante “la llegada “disparada” de población, y detalla que se está trabajando en un “relanzamiento” del Consorcio para “no dejar fuera a nadie”. Este año, más de 9.000 personas han quedado en lista de espera. La mayoría de los aspirantes sin plaza, un 83%, son nuevos hablantes que esperan un curso básico de catalán, el A2. Este desajuste se produce porque en la última década se han incrementado en 10.000 personas las inscripciones, mientras que el número de plazas solo lo ha hecho en una proporción de 1.500. En total, en todo el país hay 91.337 plazas, que podrían parecer muchas, pero que se han visto superadas.

El problema de la falta de plazas se hizo público tras una denuncia hecha por el Sindicat de Manters, los cuales lamentaban que resultara «casi imposible» apuntarse a cursos de catalán. Lo atribuían al «colapso» y a la larga cola de espera que se tenía que hacer en la web del Consorcio, pero, sobre todo, al plazo demasiado corto -dos días en horario laboral- para poder inscribirse.

Fruto de esto, desde el departamento de la Generalitat vieron que era necesario poner en marcha el «plan de choque», con la intención de «relanzar” el actual Consorcio de Normalización Lingüística (CPNL). La prioridad de este documento -incluido dentro del Pacte Nacional per la Llengua- es como «mínimo» poder cubrir toda la demanda desatendida. Sin embargo, según el conseller Vila, el Plan es «más ambicioso» y quiere ir «más allá». La propuesta implica incrementar el número de localidades donde se imparten cursos, ampliar las franjas horarias, ofrecer nuevas modalidades de cursos y tejer “colaboraciones” con entidades del territorio para “cubrir vacíos” actuales.

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